Segunda semana consecutiva con fútbol en el estadio Benito Villamarín y ocho días después de que el Cádiz ejerciera de visitante en la vuelta del público a las gradas del coliseo heliopolitano, un cartel de verdadero lujo al final de la avenida de La Palmera. Real Betis Balompié-Real Madrid Club de Fútbol y la posibilidad de que los hombres de Pellegrini estrenen su casillero de victorias en esta Liga 2021-22. No es un reto fácil, sobre todo si se tienen en cuenta los empates en los dos anteriores choques, pero el Betis del técnico chileno fue capaz de tutear a los madridistas en las dos comparecencias del anterior curso y es una evidencia que a Manuel no se le olvida su paso por la casa madridista y la manera en la que salió de ella.

No hay más que oírlo en la sala de prensa, dentro de su moderado discurso siempre. Bastaba una pregunta para que el entrenador bético se acordara de todo lo que sucedió en la pasada campaña en el choque en el Benito Villamarín. Aquellas entradas del VAR en las jugadas favorables a los intereses del Real Madrid para decantarlo todo, “pese a que jugamos muy buen partido ese día”.

Es evidente que los dos choques contra el Real Madrid están muy presentes en la hoja de ruta para el veterano técnico chileno y en esta ocasión no va a ser una excepción, ni muchísimo menos. Por eso cabe esperar a un Betis con toda la mecha encendida desde el principio, con Fekir y Canales, como en el anterior curso, tirando de los suyos para tratar de agregar tres puntos a ese casillero que en estos momentos sólo acopia los dos frutos de sendos empates con sabor mucho más agrio que dulce.

Cuestión importante es qué Real Madrid estará enfrente. Los blancos sumarán su tercera comparecencia como visitantes a la espera de que el Santiago Bernabéu pueda acoger aficionados por primera vez, que si no llega a ser porque ya podrá albergarlos en la siguiente cita contra el Celta, igual no hubieran jugado en casa hasta la segunda vuelta del campeonato. El balance de este Madrid sin Sergio Ramos ni Varane en sus filas, y a la espera del desembarco de un Mbappé que debe haber inventado el balompié poco más o menos, es cuando menos irregular. Los blancos saldaron con una goleada en apenas un cuarto de hora su comparecencia en Vitoria contra el Alavés, pero fueron un equipo tremendamente vulnerable la pasada semana contra un Levante que fue al abordaje para que al final se registrase un tres a tres en el marcador.

Es evidente que la tropa de Carlo Ancelotti debe mejorar con el paso del tiempo, o no, quién sabe, pero a estas alturas sí puede ser un rival idóneo para tratar de meterle mano con el fútbol que es capaz de desplegar el Betis. Y para que pueda ser así está claro que no están permitidos los regalos defensivos que, lamentablemente, se están prodigando en las filas verdiblancas en este arranque del campeonato. Por ello, el grado de concentración debe ser máximo en un cuarteto defensivo que hasta el momento parecía cogido con alfileres.

El Betis suma para esta trascendente comparecencia a dos refuerzos de mucho nivel en el centro de la zaga. Pellegrini no podrá hacer mucho para mejorar el lateral derecho, aunque tampoco es descartable que Bartra pueda jugar alguna vez en ese costado, como ya lo ha hecho en su pasado, sobre todo en el Borussia Dortmund, pero tanto el catalán como el regresado Pezzella sí son dos piezas de bastante nivel para mejorar el centro de la defensa de forma considerable.

Pellegrini agradecerá, sin duda, tener más posibilidades para fortalecer una parte tan importante para todo el bloque como es el centro de la zaga. También será muy importante en ese sentido la suma de Guido Rodríguez en el pivote defensivo. El argentino, que aún no ha podido debutar por su déficit físico tras retornar más tarde de las vacaciones por su título de la Copa América y por la obligatoria cuarentena posterior para los viajeros procedentes de su país, debe tener ya su primera presencia en la alineación.

El Betis, como en el caso de los dos centrales, también debe agradecerlo, porque Guido Rodríguez es la definición del equilibrio dentro de este grupo de futbolistas, el hombre que resta lo suficiente para que el resto de las piezas puedan tener un cariz eminentemente ofensivo. Pellegrini situó ahí a Paul contra el Mallorca y después apostó por Guardado frente al Cádiz, pero la jerarquía del medio centro que llegara desde México es una de las piezas que se consideran clave para que el mecano no se derrumbe jamás.

Indudablemente, tanto Canales como Fekir lo agradecen bastante. Se supone que Borja Iglesias se ha ganado los galones para ser imprescindible con todos los merecimientos acumulados en el epílogo del anterior curso, así que por ahí no hay ni la más mínima duda. Restarían, por tanto, los inquilinos de las bandas. Aitor Ruibal parece un fijo en busca de equilibrio en un once que va a necesitar más capacidad de trabajo y la duda es si los problemas físicos que ha tenido Rodri durante la semana impedirán su continuidad. Tanto Joaquín como Tello serían las alternativas. Son las bazas de Pellegrini para buscar su primer triunfo, que si es ante el Real Madrid, pues mejor que mejor.