Leganés-Betis | Contracrónica

El tren de Europa se escapa

  • El Betis casi se despide de sus opciones de lograr el objetivo tras no lograr superar a un rival metido en puestos de descenso

  • Mediocridad helipolitana

Marc Bartra, con gesto disgustado tras empatar en Leganés, entre William Carvalho y Sidnei.

Marc Bartra, con gesto disgustado tras empatar en Leganés, entre William Carvalho y Sidnei. / Irina R. H. / AFP7 / Europa Pres

Jornada 24 de la competición y el Betis, prácticamente, puede dar por finiquitada su temporada. A pesar de que todavía restan 42 puntos en juego, que los de Rubi logren colarse en puestos europeos parece, ahora mismo, una auténtica quimera. Porque los rivales sí hacen los deberes mientras que los verdiblancos parecen sumidos en una mediocridad preocupante. Y, lo escrito, todavía restan por delante 14 partidos más de LaLiga. Una jornada más disputada, una jornada menos para recuperar el camino perdido.

Dejó escapar la oportunidad de recortar distancias con respecto a los puestos europeos el conjunto heliopolitano en su visita a Leganés. El tren continental hacía parada allí, pero los de Rubí dejaron pasar la oportunidad de montarse, no afrontaron el duelo como la final que merecía, y aparecieron en el partido, prácticamente, en chanclas y bañador. Quizás, engañados por el trampantojo ambiental que se vive, con temperaturas más primaverales que invernales, se dejaron llevar. Los pepineros, conscientes de lo que estaba en juego, sí salieron mucho más intensos y a morder. Así fue cómo el equipo que parecía estar en puestos de descenso, con el agua al cuello, vestía de negro con ribetes verdes.

Mediocre planteamiento de un equipo falto de ideas, que fue incapaz, siquiera, de acercarse con algo de peligro en la primera mitad a la portería defendida por Juan Soriano. Los locales, con Javier Aguirre como técnico a los mandos, le comieron la tostada a un equipo previsible, horizontal y lento, poniendo a prueba los nervios y marcapasos de algún aficionado que estuviera viendo el partido, que, atónito, atendía a ver cómo su equipo era incapaz de pasar más allá del medio del campo. Esta vez ni el VAR puede servir de excusa, ya que en la única vez que entró, pudo haber señalado penalti a favor del conjunto local por manos de Álex Moreno, quien saltó con los brazos abiertos en el área.

Los primeros 45 minutos del Betis fueron directamente a la basura, siendo la de Butarque una de las peores puestas en escena del equipo de Rubi en toda la temporada. Como peor no lo podía hacer, sólo quedaba esperar una reacción en la segunda mitad. Por una charla en el vestuario, por orgullo o por lo que fuera. El Betis tenía que dar un paso al frente tras pasar por los vestuarios porque, a pesar de todo, el empate lucía en el marcador todavía.

La mejora llegó. No era algo complicado. Pero a pesar de todo, fue insuficiente para que los béticos regresaran a Heliópolis con los tres puntos. Juan Soriano se agigantó en un mano a mano ante Aleñà cuando se disponía a lograr el tanto que podría haber significado un gris triunfo de su cuadrilla. Pero no hubo fortuna. Al final, un punto que mantiene al Betis en tierra de nadie. Y la próxima semana visita el Benito Villamarín el Mallorca, otro de esos equipos que busca abandonar la zona baja de la tabla.

Con tantísimo tiempo por delante, y visto que la temporada está prácticamente acabada, bien harían los rectores verdiblancos en ir pensando ya en el próximo curso, en confeccionar una plantilla a la altura de su numerosa afición. Aunque quizás, su trabajo más complicado sea recuperar la confianza de una clientela cansada de vaivenes y de promesas que no terminan nunca de cumplirse. Mucho más césped y menos redes sociales.

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