Desescalada

Consejos para combatir la ansiedad de la vuelta al gimnasio

La vuelta al gimnasio está trayendo más de un problema a muchos deportistas.

La vuelta al gimnasio está trayendo más de un problema a muchos deportistas.

No hay duda de que el confinamiento de más de dos meses que han vivido los españoles a causa de la pandemia del coronavirus, que se ha cebado especialmente con el país, ha causado estragos importantes a nivel sanitario y económico. Con el proceso de desescalada y la vuelta a la normalidad (diferente, pero al menos sin estado de alarma de por medio), hospitales y centros médicos y de salud, por un lado, y bares, restaurantes, comercios y hoteles, del otro, van recuperando como pueden el tiempo perdido. También los ciudadanos, que después de tanto tiempo encerrados en casa deseaban más que nadie retomar su vida previa al aciago mes de marzo de 2020, aunque quizás no todos.

La crisis sanitaria y el confinamiento han traído consigo, una vez ‘acabado’, algunos problemas emocionales, unos más serios que otros. Trastornos de ansiedad, situaciones de estrés postraumático y el conocido como ‘síndrome de la cabaña’ están haciendo estragos. De hecho, muchas personas que habían sobrellevado con sorprendente tranquilidad el encierro se ven ahora abocados a luchar contra su propia mente por tener que abandonar la seguridad del hogar y cambiarla por el riesgo de la calle, el miedo al contagio.

La vuelta al deporte, tan deseada por muchos durante la cuarentena, se ha convertido para algunos en una pesadilla. Una sensación de miedo permanente en el gimnasio, o más allá: miedo incluso a entrar por un riesgo percibido mucho mayor que el real, que lo hay pero es minimizable adoptando las normas de seguridad que todos conocen. El agobio al correr en la calle o entrar en algún establecimiento ante la presencia de otras personas es más común de lo que pueda parecer, y es que los ciudadanos se han acostumbrado a no compartir la vida con extraños, e incluso con conocidos fuera del ámbito familiar, y cualquier situación contraria a ese hábito puede producir ansiedad.

Los psicólogos recomiendan que, para asegurarse de que convencen, el usuario se informe antes de las medidas de seguridad que ha adoptado su gimnasio. Servirá para sentirse más tranquilo o, por el contrario, para descartarlo y buscar otras opciones. Una vez que ha decidido que volverá a practicar deporte, se recomienda empezar a hacerlo de forma gradual, poco a poco para volver a acostumbrarse a la presencia de más personas. Por supuesto, es importante buscar herramientas de relajación y acostumbrarse a practicarlas, antes y/o después de ir al gimnasio.

Si por alguna razón dentro del establecimiento empezara a sentirse nervioso o a respirar de forma acelerada es posible que esté sufriendo un ataque de ansiedad. Lo primero y más importante es parar la actividad deportiva que se esté desarrollando. Después deben utilizarse las diferentes herramientas psicológicas para frenar la ansiedad: centrar la atención en el espacio, en los objetos; hablar con alguien cercano, con el entrenador o algún amigo; beber agua; salir al exterior a respirar y hacerlo lentamente, etc. Por supuesto, si es necesario se debe acudir al centro médico del gimnasio, si lo tiene, o a los servicios sanitarios que funcionen en ese momento.

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