Hace algo más de dos meses, la Enfermería de la Unidad Clínica de Enfermedades Infecciosas y Microbiología (UCEIM) del Hospital Universitario de Valme de Sevilla comenzó a recibir pacientes con sospecha de estar infectados por la COVID-19. “Cuando se descartaba la infección salían de nuestra unidad hacia otras unidades del hospital y volvían a entrar otros nuevos pacientes sospechosos”, explica Concha Ferrete, supervisora de la UCEIM-Valme. "Era un trasiego incesante de pacientes, a un ritmo vertiginoso, que generó una enorme tensión y situaciones de profundo estrés que los profesionales supieron gestionar de forma brillante".

Los comienzos de esta pandemia fueron desconcertantes: "Aún no éramos conscientes de la magnitud que ha llegado a tener", reconoce, "pero fuimos conscientes de que nos íbamos a convertir en la Unidad referente de los pacientes afectados por la COVID-19 ya que somos un área dedicada a tratar patologías infecciosas grave desde hace muchos años".

De hecho, señala Ferrete, "contamos con una dilatada trayectoria en Patología Infecciosa. Muchos de los profesionales que actualmente componemos este equipo fuimos los fundadores de la Unidad, hace ya 35 años". Fue entonces cuando, de forma brutal, estalló la epidemia del SIDA. Este hecho hizo que adquirieran conciencia de cómo aplicar las medidas de precaución necesarias para evitar el contagio. "Tuvimos que formarnos concienzudamente en todo los relacionado con los riesgos biológicos y con las medidas de precaución que hay que adoptar en cada tipo de aislamiento".

"Los profesionales de la UCEIM han sido un ejemplo de honestidad profesional y valor humano sin límite”

Los profesionales de la Unidad, explica la enfermera, "adquirimos entonces un compromiso, que jamás hemos abandonado, y ha sido el de transmitir los conocimientos adquiridos a los nuevos profesionales que se han ido incorporando a nuestro equipo a lo largo de estos años. Todo lo anterior ha hecho que nos convirtamos en un grupo muy preparado, que sabe afrontar el manejo de las infecciones con criterios científico-técnicos, sin miedos infundados, sin actitudes de rechazo, pero siempre con el máximo respeto a las normas y protocolos establecidos para abordar el cuidado de los pacientes que padecen Patología Infecciosa con el máximo nivel de seguridad y rigor profesional".

Por lo tanto, la enfermería de su área, está acostumbrada a abordar infecciones complejas, altamente peligrosas, muy transmisibles, "causadas por microorganismos multirresistentes y extremadamente resistentes y eso ha hecho que desarrollemos una gran experiencia y habilidad en la aplicación de técnicas de aislamiento y de protección biológica de alto nivel".

Ferrete se siente muy orgullosa de la actitud de los profesionales de su equipo que, en todo momento, “han permanecido en primera fila, sin expresar queja alguna, mostrando una profesionalidad y un valor excepcionales”. A los pacientes con COVID-19, así como a todos los que ingresan en esa área, con otras enfermedades, “se les han prestado, en todo momento, los mejores cuidados y se ha intentado suplir la ausencia presencial de sus seres queridos mediante videollamadas y acompañándolos siempre que nos ha sido posible". Desgraciadamente, señala, "ha sido muy duro emocionalmente para todos nosotros ver cómo algunos pacientes han fallecido con la única compañía física de los profesionales. No obstante, cuando ha sido posible, se les ha facilitado la despedida presencial de un familiar".

Una vez más, concluye, "los profesionales de enfermería de la UCEIM han sido un ejemplo de honestidad profesional y personal, de liderazgo y de un valor humano sin límites. Es para mí un inmenso honor trabajar con profesionales de este nivel. Juntos podremos evitar que se repita una tragedia humana de esta magnitud, solo hace falta tener responsabilidad por parte de todos".