nutrición

Nuevo hallazgo para entender el efecto de las grasas instauradas

  • Un nuevo estudio explica el rol de una proteína, así como su efecto en las plaquetas de la sangre y la aterosclerosis

El investigador Heyu Ni.

El investigador Heyu Ni. / H.S.M

Una nueva investigación publicada en Nature Communications ha logrado explicar por qué los alimentos ricos en grasas insaturadas, como el aceite de oliva, pueden proteger contra las enfermedades cardiovasculares. La clave reside en la apolipoproteína A-IV, conocida como ApoA-IV, cuyos niveles aumentan después de la digestión de los alimentos, en particular los alimentos ricos en grasas insaturadas. Niveles más altos de ApoA-IV en la sangre se asocian con tasas más bajas de enfermedad cardiovascular.

El trabajo publicado por el Keenan Research Center for Biomedical Science (Krcbs) del St. Michael's Hospital de Toronto, Canadá, viene a cubrir un hueco importante en el conocimiento de los mecanismos que hay tras algunos de los productos estrella de la dieta mediterránea. Los investigadores han demostrado que la ApoA-IV es un factor inhibidor de las plaquetas, pequeñas células sanguíneas que desempeñan un papel clave en múltiples enfermedades, particularmente en sangrado y enfermedades cardiovasculares .

"Este es el primer estudio que vincula la ApoA-IV con las plaquetas y la trombosis", explica en nota de prensa el doctor Heyu Ni, director de la plataforma de Hematología, Cáncer y Enfermedades Inmunológicas en el Krcbes. Estos nuevos hallazgos sugieren que la ApoA-IV es un bloqueador de glicoproteínas de superficie de las plaquetas GPIIbIIIa (también denominada integrina aIIß3).

"Con este trabajo, también hemos explicado por qué los niveles más altos de ApoA-IV pueden ralentizar la acumulación de placa en los vasos sanguíneos, conocida como aterosclerosis, porque este proceso también está relacionado con la función plaquetaria". Los investigadores también examinaron la interacción de la ApoA-IV con los alimentos. Después de cada comida, las plaquetas son estimuladas, lo que hace que sea más fácil que se unan o se unan a los glóbulos blancos.

El doctor Ni y su equipo están entusiasmados con estos hallazgos porque muestran que los alimentos con altas grasas insaturadas, junto con patrones de sueño adecuados, crean la combinación perfecta para que la proteína ApoA-IV desempeñe un papel positivo en la reducción de las posibilidades de enfermedad cardiovascular en la forma de aterosclerosis, ataque cardíaco o accidente cerebrovascular.

Este nuevo conocimiento tiene muchas aplicaciones potenciales, explicó el Heyu Ni. Los estudios futuros se centrarán en una mejor comprensión de esta proteína y cómo aprovechar su potencial de protección para construir terapias dirigidas a las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades que surgen de la activación y agregación de plaquetas.

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