Salud en verano

Las intoxicaciones no son para el verano

  • De la listeriosis a la escombroidosis, las altas temperaturas a menudo significan un crecimiento más rápido y más fácil de las bacterias, así las puedes evitar

En verano es más habitual reunirse con los nuestros en un picnic para disfrutar plenamente de las vacaciones. Spencer Davis (Unsplash)

En verano es más habitual reunirse con los nuestros en un picnic para disfrutar plenamente de las vacaciones. Spencer Davis (Unsplash)

Ahora que el verano está en pleno apogeo, es divertido reunirse con amigos y familia alrededor de la piscina, cerca de la barbacoa o de un picnic para disfrutar plenamente de las vacaciones. Sin embargo, estos momentos de alegría, que a veces implican descuido, pueden hacernos vulnerables a la intoxicación alimentaria.

Aunque generalmente son inofensivas, las intoxicaciones alimentarias pueden provocar síntomas graves y, en algunos casos raros, afortunadamente muy raros, la muerte, como vimos el pasado verano con el brote de listeriosis en Andalucía. Éstas son las más frecuentes.

Listeriosis

Pocos habíamos escuchado antes del pasado verano hablar de la bacteria Listeria monocytogenes, pero es una de las intoxicaciones más comunes en verano. Por lo general, sus síntomas son leves, fiebre alta, sintomatología gastrointestinal leve, aunque en mujeres embarazadas aborto o parto prematuro. Para combatirla, es muy importante cocinar bien los alimentos antes de consumirlos y mantenerlos a una temperatura superior a 5ºC.

Campylobacteriosis

Esta otra de las más habituales en verano. Debida a la bacteria Campylobacter jejuni. Los síntomas suelen ser "dolor abdominal, diarrea explosiva, muy intensa y duradera y en ocasiones sanguinolenta, malestar general, fiebre, náuseas, a veces vómitos", según indica la OCU. Para prevenirla, evita tomar carnes poco hechas, sobre todo de aves.

Escombroidosis

Si eres de los que ingiere mucho pescado como atún o caballa, debes prestar atención a la escombroidosis (o intoxicación histamínica). Como en la mayoría de los casos, cocinar bien los alimentos y no romper la cadena de frío son dos medidas básicas para evitarlas. Esta infección provoca urticaria, enrojecimiento de la piel o erupción. A veces, pueden aparecer náuseas o diarrea.

Es muy importante cocinar bien los alimentos antes de comerlos. Matthieu Joannon (unsplash) Es muy importante cocinar bien los alimentos antes de comerlos. Matthieu Joannon (unsplash)

Es muy importante cocinar bien los alimentos antes de comerlos. Matthieu Joannon (unsplash)

Consejos para evitar una intoxicación alimentaria

Cualquiera puede ser víctima de intoxicación alimentaria y es algo que ocurre principalmente después de ingerir alimentos o agua contaminada por ciertos gérmenes o sus toxinas. Por eso es muy importante seguir estas recomendaciones de expertos en salud siempre, pero con especial atención al verano.

  • Lávate las manos cuidadosamente con agua y jabón antes de manipular alimentos. Se recomienda lavarlas con frecuencia durante la preparación de alimentos, especialmente cuando se pasa de un alimento a otro. Recuerda que el lavado de manos adecuado dura al menos 30 segundos.
  • Es muy importante que, alimentos crudos que necesitan cocinarse, como la carne, no entren en contacto con otros alimentos crudos durante la preparación.
  • Limpia bien los utensilios y tan a menudo como sea necesario, como después de cualquier contacto con alimentos crudos.
  • Además, limpia las superficies como encimeras o tablas de cortar.
  • Lava bien las frutas y verduras con agua corriente antes de comerlas.
  • Evita la leche no pasteurizada y los productos lácteos (por ejemplo, queso de leche cruda).
  • No comas aves, carne o huevos crudos. Asegúrate de que estén suficientemente cocidos.
  • Mantén la temperatura del frigorífico aproximadamente 4.4°C y la del congelador por debajo de -18°C.
  • Mantén los alimentos cubiertos hasta que sea hora de prepararlos o cocinarlos.
  • Olvídate de los alimentos que han permanecido demasiado tiempo a temperatura ambiente o al calor. En verano, no es raro que la comida permanezca afuera más tiempo del que debería.

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