¿Cuántas uvas tenemos que comer, según ha descubierto un estudio, para "mejorar la salud muscular"?

Investigación y Tecnología

Podría ser clave para frenar el deterioro muscular asociado al envejecimiento

¿Cómo reducir el abdomen bajo, una de las partes del cuerpo que más nos acomplejan?

Uvas / Freepik

Un reciente estudio de la Western New England University ha revelado que el consumo prolongado de uvas puede tener un impacto positivo y significativo en nuestra salud muscular. Lo que se ha descubierto es que incluir uvas en nuestra dieta diaria no solo es beneficioso desde un punto de vista nutricional, sino que se ha demostrado que también puede modificar la expresión de los genes en el tejido muscular. Esto supone una antesala a la puesta en marcha de poder preservar nuestra masa muscular y la función de la misma a lo largo del tiempo.

Si bien es cierto que este hallazgo es todo un acontecimiento histórico, el impacto positivo que tienen las uvas en nuestro organismo no solo se limita a la salud muscular, sino a otros órganos importantes de nuestro organismo que, tal y como demostraron estudios anteriores, benefician al corazón, a los riñones, a la piel, a la vista y al sistema digestivo. Sin embargo, este nuevo estudio pone más el foco en cómo los compuestos presentes en la uva pueden influir en la actividad de los genes relacionados con la musculatura, lo que podría ser clave para frenar el deterioro muscular asociado al envejecimiento.

Influencia en la expresión génica del músculo

Uno de los hallazgos más destacados es que el consumo diario de uva tiene un efecto directo en la expresión de los genes musculares. Curiosamente, este impacto es más pronunciado en las mujeres, hasta el punto de que la diferencia metabólica entre la musculatura masculina y femenina tiende a reducirse con esta intervención dietética. Además, se observó un aumento en la actividad de genes vinculados a la masa muscular magra, es decir, la que se refiere a la cantidad de músculo que no está compuesto de grasa, así como también una reducción en aquellos otros genes relacionados con la degeneración del tejido muscular, lo cual supone una mejora general de nuestra función muscular.

A medida que envejecemos, vamos perdiendo masa muscular y, de hecho, es un problema añadido que afecta entre el 10% y el 16% de las personas mayores. Es un fenómeno que se le conoce como sarcopenia, una enfermedad oficialmente reconocida desde el año 2016 y que, según fuentes del Hospital Quirón Salud, lo que sucede es que "lo que realmente cambia son las conexiones nerviosas con el sistema muscular. Hay bastantes pruebas que dicen que todas esas relaciones no se pierden y podemos volver a entrenarlas".

Este estudio deja patente que el consumo de dos raciones de uvas al día es una herramienta complementaria para combatir este problema, junto con la integración de ejercicio físico y una alimentación rica en proteínas.

Transformaciones en el tejido y las células musculares

El tejido muscular es un componente dinámico del cuerpo humano, que está sometido a un constante proceso de renovación a lo largo de la vida. Existen tres tipos principales de tejido muscular: el músculo liso, presente en las paredes intestinales y en la mayoría de los órganos internos, excepto el corazón; el músculo cardíaco, de estructura estriada, que conforma el corazón; y el músculo esquelético, también estriado, que se encuentra en extremidades como brazos y piernas. Este último es el que se analiza con mayor frecuencia para detectar la sarcopenia.

El tejido muscular está compuesto por fibras largas y delgadas, cada una de las cuales corresponde a una célula muscular y que son responsables de la producción de proteínas esenciales, como la actina y la miosina, las cuales permiten la contracción y relajación muscular con distintos niveles de velocidad y elasticidad.

Sin embargo, con el paso del tiempo, el número de células musculares y disminuye, al igual que la cantidad de mitocondrias, estructuras fundamentales para la generación y almacenamiento de energía en los músculos. Además, las mutaciones celulares se acumulan progresivamente, lo que puede dar lugar a la producción de proteínas defectuosas y alterar la capacidad de los músculos para contraerse y relajarse eficazmente, volviéndolos menos flexibles y resistentes.

Una aproximación innovadora a la salud muscular

El estudio de la Western New England University analizó más de 20.000 genes y demostró que, tras la ingesta de dos raciones diarias de uva, los perfiles metabólicos de los músculos masculinos y femeninos se dirigían hacia un fenotipo común. Los investigadores observaron, por tanto, que la expresión de genes asociados a una musculatura saludable aumentó, mientras que aquellos relacionados con la degeneración muscular disminuyeron de manera significativa.

La nutrigenómica es una disciplina que estudia cómo los alimentos pueden influir en la expresión de nuestros genes y podría convertirse en una aliada clave en la prevención de la pérdida muscular relacionada con la edad.

El equipo de científicos continúa investigano los mecanismos que explican estos cambios, así como la duración de sus efectos en el tiempo. A medida que la nutrigenómica avanza, este estudio marca un nuevo camino para abordar la salud muscular desde una perspectiva innovadora, con beneficios potenciales para personas de todas las edades. Así que incorporar las uvas en nuestra dieta podría ser una forma sencilla y efectiva de mantener la salud muscular, reforzando la idea de que la alimentación no solo nutre, sino que también modula nuestra biología a nivel molecular.

Fuentes referenciales:

Europa Press Infosalus (2025, 22 de febrero). Otro beneficio de las uvas: mejoran la salud muscular por igual en hombres y en mujer. ¿Cuántas hay que comer?

Hospital Quirón Salud (2024, 15 de enero). Si quieres envejecer sano, ten músculos fuertes.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último