El alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, reconoció en su balance tras la Semana Santa de 2022 la "falta de servicios públicos, como urinarios" en el centro histórico de Sevilla, donde fueron "insuficientes" ante la afluencia masiva de público. Miles de sevillanos manifestaron su malestar, acentuándose el problema durante la Madrugada del Viernes Santo, en la que no hubo bares abiertos. Había calles malolientes, encharcadas de orines.

Esta semana, la ciudad afronta el gran reto de acoger la final de la UEFA Europa League, para la que se esperan a más de 130.000 seguidores sin entrada. El Ayuntamiento ha instalado para la ocasión un centenar de urinarios portátiles en doce puntos estratégicos, como la Plaza de la Encarnación, la Plaza del Salvador, la Plaza de San Francisco, la Plaza de España o la Alameda de Hércules.

La medida ha sido acogida con bastantes críticas, no por la utilización de estas cabinas portátiles sino por la ubicación de las mismas. Este martes ha sorprendido la instalación de varios urinarios junto a la iglesia parroquial del Divino Salvador, declarada en 1985 Bien de Interés Cultural con categoría de monumento.

Desde la Casa Consistorial explican que "se trata de un refuerzo de Lipasam" para "preservar la vía pública y los entornos patrimoniales". En la misma línea, afirman que seguirán trabajando para mejorar el dispositivo, "y se reforzará también la próxima Semana Santa", sumándose a los puntos ubicados en zonas como la Plaza del Duque, la Plaza Nueva, la calle Federico Sánchez Bedoya o el Archivo de Indias.