Este martes 17 de mayo tendrá lugar en la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, a las 20:00, una solemne misa por el eterno descanso del cardenal Carlos Amigo Vallejo, arzobispo emérito de Sevilla, quien falleció el pasado 27 de abril. La eucaristía, que se celebrará precisamente doce años después de su aceptación del nombramiento de hermano mayor honorario de la corporación del Martes Santo, será oficiada por el párroco y director espiritual Alberto Tena López.

Durante su episcopado el cardenal Amigo forjó unas estrechas y afectuosas relaciones con la Hermandad del Cerro, aprobando sus primeras reglas como hermandad de penitencia el 15 de septiembre de 1987 y recibiendo a la cofradía en su primera estación de penitencia a Catedral el 21 de marzo de 1989. El 9 de enero de 1999 presidió la colocación de la primera piedra de la nueva iglesia parroquial, un templo que dedicaría finalmente el 15 de septiembre de 2002, en la misma ceremonia litúrgica en la que coronó canónicamente a Nuestra Señora de los Dolores.

Tras ofrecerle la Medalla de Oro de la hermandad en el año 2002, fray Carlos Amigo aceptó el 17 de mayo de 2010 el nombramiento de hermano mayor honorario, título con el que se venía a reconocer su papel fundamental en diversos hitos fundamentales de la historia de la hermandad, como la citada aprobación de sus reglas como hermandad de penitencia, su decidido impulso a la construcción del nuevo templo o la coronación canónica de la Virgen.

Cuatro años después, el 21 de marzo de 2014 presidió en la parroquia una solemne función extraordinaria en acción de gracias por el XXV Aniversario de la primera estación de penitencia, bendiciéndose durante la misma un guión con sus armas heráldicas que desde entonces figura en el cortejo de nuestra cofradía.

Finalmente, el 12 de marzo de 2020, presidiría su última función ante Nuestra Señora de los Dolores, celebrada en la parroquia el día exacto en el que se cumplía el LXXV Aniversario de la aprobación de las primeras reglas, "una corporación que siempre guardará entre los mejores recuerdos de su historia el legado de su afectuosa y trascendental labor desarrollada para engrandecer a nuestra Parroquia y promover el culto a la Santísima Virgen de los Dolores".