En la calle Alcaicería de la Loza, en pleno corazón de Sevilla, se formaban estos días próximos a Semana Santa, largas colas de cofrades que pasaban para hacerse su capirote. La función de estos cartuchos puntiagudos es la de dar forma a la capucha que utilizan los nazarenos. Estos antifaces eran utilizados en tiempos de la Inquisición, para señalar a los condenados en la Edad Media. Desde el siglo XVII, las cofradías sevillanas lo utilizan como signo de penitencia, habiéndose extendido esta costumbre por otras ciudades españolas.

María del Río, de Antigua Casa Rodríguez, cose mediante el método tradicional los cartones que en unos días serán altos capirotes en las calles de Sevilla. Esta casa fundada en 1816 realiza capirotes de cartón o rejilla, hábitos de nazareno, vende cíngulos... etc. Con la llegada de la primavera, este negocio no cesa de atender a centenares de sevillanos que se preparan para los días grandes de la ciudad. Hoy solo se trata de una cuaresma imposible.

Cuaresma imposible

Durante toda la cuaresma, Diario de Sevilla les ofrecerá una cuidada sección de vídeos inéditos en alta definición, que nos ayudarán a revivir y recordar cómo vivíamos estos días previos a la Semana Santa antes de la pandemia. Un recorrido audiovisual por las principales citas y ritos establecidos en la cuaresma sevillana.