La Hermandad del Calvario de la localidad sevillana de Estepa, vivirá este fin de semana una jornada muy especial ya que el crucificado, tallado en 1952 por el estepeño Manuel Escamilla, regresa al Convento de los Padres Franciscanos (Iglesia de Nuestra Señora de Gracia) después de casi veinte meses. La talla fue restaurada por el grupo Musae, y desde principios de 2020 es custodiada en el Convento de Santa Clara de Estepa, ya que con la llegada de la pandemia no pudo ser trasladada en la fecha prevista a su sede canónica.

Este viernes, 23 de septiembre, está previsto la celebración de una misa en el exterior del Convento de Santa Clara, a las 19:00, y el sábado a las 9:00 se producirá definitivamente el solemne traslado a su templo. Será la primera imagen que recorra las calles de Estepa tras estos largos meses de pandemia. Discurrirá por enclaves singulares como el Cerro de San Cristóbal, donde está situada la antigua alcazaba. Por la tarde, a las 19:00, está anunciada una eucaristía para bendecir a la imagen y su nueva capilla.

El traslado se realizará en las habituales andas que se utilizan cada cuaresma para llevar al Cristo desde su templo hasta la Iglesia del Carmen, donde se celebran sus cultos anuales y hace su salida procesional en la madrugada del Jueves Santo. Como curiosidad, este crucificado nace de las misma manos que retocasen profundamente a la imagen de Nuestra Señora de la Cabeza, de la Hermandad de las Siete Palabras, en 1956.