Cofradías

Loreto, un tesoro imperecedero

  • La voz del capataz inaugura el Tesoro Intangible de la Macarena para conservar su otro patrimonio

El capataz Miguel Loreto mandando el paso del Señor de la Sentencia.

El capataz Miguel Loreto mandando el paso del Señor de la Sentencia. / M. G.

La Hermandad de la Macarena declarará patrimonio inmaterial de la corporación la voz de Miguel Loreto Bejarano mandando el paso del Señor de la Sentencia. Coincidiendo con el primer aniversario del fallecimiento del recordado capataz, la corporación anunció ayer la puesta en marcha de un proyecto pionero, el Tesoro Intangible, para la conservación –en calidad de patrimonio de todos los macarenos– de las voces, sonidos y otras manifestaciones intangibles que han contribuido a lo largo de los siglos a la construcción de la identidad de la hermandad y de su cofradía en la calle.

La iniciativa para el reconocimiento de la voz de Miguel Loreto pretende, en primer lugar, destacar la contribución del irrepetible capataz al enriquecimiento, en este caso a través de una aportación oral, del acervo cultural de la hermandad, llegando su voz a convertirse en una seña de identidad más que ya pertenece a su patrimonio intangible. El primer registro del Tesoro Intangible de la Hermandad de la Macarena será la voz de Miguel Loreto, al que seguirán otras manifestaciones que ya son parte de la idiosincrasia macarena. De este modo, formarán parte de este proyecto la voz del capataz Luis León y el sonido del tambor de José Hidalgo.

El novedoso tesoro sigue las recomendaciones de la Unesco para preservar, catalogar y poner en valor el patrimonio inmaterial cultural de los pueblos, animando a protegerlo como depósito de la cultura de una comunidad –en este caso, de fe– y como fuerza motriz para el progreso de la misma en fidelidad a lo mejor de sí misma.

Además del carácter patrimonial, la corporación señaló que este tipo de declaraciones son un acto de agradecimiento a las personas que le dedicaron su vida y, con sus aportaciones personales, fueron creando su identidad a lo largo de las décadas.

Un último aspecto destacable es que, al equiparar el patrimonio inmaterial y oral al material, la hermandad quiere subrayar su raíz popular y reivindicar el valor de los hermanos y devotos –en definitiva, de las personas– en la construcción de una comunidad de fe, caridad y cultura como es la Hermandad de la Macarena.

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