La Campana

Recuperar el Vía Crucis

Para conseguir que el Vía Crucis general de las hermandades de Sevilla aumente la participación hay varias fórmulas. Una sería que saliera el Señor del Gran Poder todos los años. Otra sería que volvieran a elegir entre las 10 ó 12 imágenes con más devoción y arraigo, que todo el mundo sabe las que son, y que no voy a enumerar para evitar suspicacias. Aunque, evidentemente, la medida más contundente y eficaz sería imposible e indeseable: prohibir todos los vía crucis externos con imágenes, excepto el del primer lunes de cuaresma.

El problema no es el día de la semana. Daría igual un lunes, un viernes o un sábado. La polémica se origina porque estamos ante un modelo que va a menos, si se compara con los más ocurridos. Aunque tampoco es un fracaso, por supuesto. Seguro que al de mañana, con el Señor de la Oración en el Huerto, de Montesión, acuden cientos de personas a la Catedral para rezar el ejercicio piadoso, que es lo importante. En los recorridos de ida suele haber incluso bullas. Pero queremos que los regresos nocturnos (algunos años con frío o con amenaza de lluvia) sean multitudinarios. Eso es lo que falla.

En los primeros años del Vía Crucis participaron imágenes con mucha devoción popular. Había menos salidas extraordinarias, menos coronaciones canónicas, menos vía crucis por las calles, menos de todo… Por otra parte, la elección está llegando a lo perverso. Las imágenes que todavía no han salido se pueden sentir maltratadas. ¿Y qué pasará cuando sólo queden dos o tres por elegir? Comparar es delicado. Por ejemplo, el Señor de la Oración en el Huerto, de Montesión, que lo presidirá mañana, es una imagen con igual o más arraigo que otras que ya han salido. En teoría, lo tiene todo para una amplia participación.

Las propias hermandades le hacen la competencia al Consejo. Vía crucis por las feligresías propias. Vía crucis por dos o tres feligresías. Vía crucis por cuatro feligresías que se quedaban muy cerquita de la Catedral. .. A todo eso se le puede poner nombres. En el fondo, está el problema del eterno combate entre lo externo y lo interno. Quedarnos en los templos, o salir a las periferias. Es un equilibrio difícil, que a veces origina contradicciones.

Este será el primer Vía Crucis general para el Consejo que preside Joaquín Sainz de la Maza. Que no decaiga es relativamente fácil. Basta con ir y con poner interés. Sin descartar las medidas evidentes. En los próximos años se verá si hay colaboración para que sea un acto excepcional.

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