Nuestra Señora de los Ángeles fue coronada canónicamente al final de una solemne ceremonia que el arzobispo de Sevilla presidió en el altar del crucero. Firmaron el acta de coronación el arzobispo, que es hermano mayor efectivo (una tradición desde que la fundó el arzobispo Gonzalo de Mena en una Sevilla con una importante población de negros), el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, el delegado diocesano de cofradías, Marcelino Manzano, el director espiritual y párroco de San Roque, Ramón Darío Valdivia, y el alcalde de los Negritos, Felipe López. Asenjo aboga para que este acto no sea "flor de un día, un gran teatro, una gran comedia y después no tiene repercusiones en la vida concreta cotidiana".

Es la coronación número veinte de Vírgenes sevillanas. El más hermoso desagravio para la cofradía que justamente hace un mes no pudo salir por la granizada del Jueves Santo. Una coronación con datos singulares. Ninguna hasta ahora había sido coronada por su hermano mayor, que es el arzobispo. Ninguna lo fue tan cerca de donde está enterrado su fundador. A escasos metros del altar del jubileo está la capilla con el sepulcro de Gonzalo de Mena.

La corona es la misma reforzada con 1.200 piedras que diseñó Juan Miguel Sánchez. Un grupo testimonial de hermanos son de raza negra. Ángeles de los Negritos. Una marcha de la hermandad empieza con los acordes de Angelitos Negros, la canción de Antonio Machín, que vivió y está enterrado en Sevilla, aunque el hermano de la cofradía fue su hermano Juan Gualberto y una de las sobrinas del cantante fue camarera de la Virgen.