La fototeca

Balcón

  • Un niño mira desde un balcón lleno de gente una petalada a un palio

Balcón

Balcón / Juan Carlos Vázquez

La Semana Santa es, cada primavera, un balcón para asomarse a Sevilla. A sus devociones y tradiciones. A la más esplendorosa y brillante cara de la capital andaluza. Los balcones son palcos privilegiados durante esos días. Atalayas desde las que observar la celebración religiosa de otra manera. Las estrecheces de algunas calles del centro permiten ver con detalle los varales de los palios y oler los pétalos que caen sobre su techo. O casi formar parte de un misterio. En los balcones se citan familias, de grandes a mayores; y amigos, desde el más cercano hasta es el que viene sólo cuando pasa el paso. Todos se aprietan y buscan su hueco como si de una parihuela suspendida en el aire se tratara. Y se asoman a Sevilla.

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