Ya viene el paso. Ya se escuchan los tambores. No se ven ni los ciriales, pero hay que prepararse para dejar de hablar con el de al lado, asomarse al balcón y ver pasar la vida. Reflejada en los ojos de los fieles. En los tambores de los músicos. La Semana Santa está hecha a golpes. De gubia, de martillo, de parche. Así se llama la parte donde la baqueta provoca el sonido cofradiero. Ya sea para tocar una marcha a compás o para marcar el ritmo de los costaleros como si de una de legión se tratase.
Reflejos en el parche
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El objetivo de Juan Carlos Vázquez muestra a un músico visto a través de su instrumento
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