La suspensión de las procesiones ha atravesado como una lanzada el alma de los cofrades. El coronavirus hace las veces de Longinos, clavando las consecuencias de la pandemia en la fiesta religiosa. Aún así, Sevilla parece haber resucitado tras el confinamiento de la Semana Santa del año pasado. Exposiciones, conciertos y veneraciones llenan el hueco dejado por los nazarenos y los pasos en los días más señalados del año. Intentan curar la herida abierta desde el pasado marzo.
Lanzada
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Contraluz del paso de misterio de la Hermandad de la Lanzada en un Miércoles Santo
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