Las bandas procesionales han recuperado sus habituales ensayos en unas fechas en las que deberían estar perfilando y repasando los repertorios de la cara a la inminente Semana Santa de 2021. Un año después del severo confinamiento, que comenzara en marzo de 2020, las formaciones musicales parecen haber encontrado su nueva normalidad, lejos todavía de los horarios usuales y, en algunos casos, de sus locales de ensayo. Mascarillas, distancias, gel hidroalcólico, y sitios ventilados o al aire libre para evitar los contagios.

En la localidad sevillana de Salteras, la Sociedad Filarmónica de Nuestra Señora de la Oliva es un ejemplo de adaptación en estos meses de pandemia. Su directora, Amadora Mercado Pérez, nos asegura que después del confinamiento, a partir de mayo, comenzaron a ensayar y podría decirse que no han parado. Tras solicitar al ayuntamiento de Salteras un espacio al aire libre, que terminó siendo el patio de un colegio cercano, la banda pudo reunir inicialmente su plantilla completa "todo el verano, martes y jueves, dos veces por semana", abandonando sus propias instalaciones. En agosto, tras un concierto durante las fiestas en honor a Nuestra Señora de la Oliva, llegaron las vacaciones.

Músicos de la Oliva de Salteras durante un ensayo

Tras el verano, con el toque de queda y el confinamiento, "sí ha sido un poco más inestable", en cuanto a lo que a fechas y horarios se refiere. Tras trabajar en unos proyectos antes de navidad, se retomaron los ensayos en enero pero "por grupos" y de nuevo en su local, "y nos salieron bastantes actos con grupo de metales". Así, de forma separada, los músicos se han mantenido en forma hasta la llegada de la cuaresma. Hace dos domingos volvieron a tocar marchas procesionales después de mucho tiempo, "y la verdad es que fue un ensayo maravilloso, vino muchísima gente y con muchísimas ganas. Fue súper emocionante volver a hacer música todos juntos". "Ahora estamos ensayando en el salón multiusos de Salteras, respetando todas las normas que se han pedido siempre", los sábados y los domingos, dado que muchos de los componentes trabajan o vienen de lejos "es imposible en otro momento".

"Anímicamente, desde el primer día, pesa", comenta Amadora. "Ahora llega la época de Semana Santa y de cuaresma y dices... pinta estar en una procesión en no sé dónde, o hacer un concierto en tal sitio... entonces anímicamente cuesta". En cuanto a las ayudas económicas que puedan suplir la falta de actuaciones e ingresos, Mercado comenta que "ni hemos recibido ni vamos a recibir ayuda de ningún tipo". La Oliva de Salteras afronta para estos días algunas citas importantes e ilusionantes.