Se fue el incombustible mes de enero, cuyo ocaso siempre es celebrado en todas las esferas sociales por variados motivos. Entre tanto, febrero ya casi completa su primer día, y en el aire y en la atmósfera se percibe una carga distinta, como si hubiéramos abierto una puerta por cuyo reverso se asomara un paisaje familiar y amigo. 

Durante estos veintiocho días, más allá de la profusión asombrosa de altares, la consecución de traslados y vía crucis y el trazado de rutas incuestionables los domingos por la tarde, poco a poco se nos irá manifestando esa Semana Santa que adolece de más literatura que la humanidad misma. Es inútil describirla porque su carácter material se presenta vivo, constante y sonoro. Es la Semana Santa más física, más directa. En suma, es la base de lo que después será la fiesta mayor de Sevilla. 

Enseres de la Hermandad de la Vera Cruz

Por las redes sociales y los grupos de mensajería instantánea ya circulan las primeras fotografías de hermanos que, al acabar su jornada y sus obligaciones, se acercan a la hermandad para echar una mano. Y qué importante es el cuidado, el trato y la correspondencia para con el hermano que, desinteresadamente, ayuda y mejora el equipo. No se estila en nuestros tiempos la capacidad de colaborar en grupo, de anteponer un bien común a individualidades y egos. Los priostes calculan el calendario de cultos. Hoy, lo más complejo: la candelería, en cuyos trazados aún permanece ardiendo la cera del triduo. Después vendrán los respiraderos. Luego, los varales. Los paños, de oscuros colores, se tiñen de negro conforme se deslizan, con fuerza, por los enseres. El decapador allana el camino para que el papel le devuelva el brillo al metal...

Jóvenes limpian plata en la Hermandad del Calvario

En la estancia, se escuchan marchas procesionales y se habla de cofradías. De la situación de las hermandades, de la reforma de la Semana Santa y las diferentes opiniones, del Santo Entierro Grande, de aquella marcha que se interpretó aquel año y que nadie olvida, del manto restaurado... Terminado el trabajo, los hermanos cenan algo ligero, y vuelven a casa, aún con la garganta raspada por el sabor de la plata. Todo en tiempo, todo en forma. El jueves más... 

En estos días de febrero, por las casas de hermandad y en los almacenes, ajenos al bullicio y a la propia ciudad, los sevillanos preparan sus cofradías. Hablando, compartiendo, escuchando. Relacionándose. En suma, haciendo posible la Semana Santa de Sevilla, cuya raíz sembrada ya asoma por la tierra del tiempo.