Cuaresming

¿Por qué no salimos?

SE anuncian los cultos para la Semana Santa de este año sin cofradías. Todos medidos, trabajados y pensados, haciendo lo que se puede, o lo que te dejan. He tenido que releerme varias reglas de Hermandades para ver si hemos modificado nuestros fines fundantes, o cambiado nuestro carisma propio, en una especie de aggiornamiento en las formas con otros movimientos eclesiales o parroquiales que nada tienen que ver con nuestra propia esencia pastoral, popular y religiosa. Este año no podemos realizar estaciones penitenciales dada la situación de pandemia, pero da la impresión que hemos renunciado a salir de cualquier otra forma posible. Da que pensar la poca presencia en las calles de nuestras Imágenes, la escasa imaginación para llevar lo mejor que tenemos a los no convencidos, aquellos a los que vamos a buscar año tras año, cada vez que cruzamos el dintel de las iglesias. Catequesis ambulante, el encuentro anual en busca de la conversión de aquellos que, difícilmente, van a pisar nuestras iglesias o visitar nuestras exposiciones. Hemos hecho unas actividades para convencidos. Llama poderosamente la atención que sea alguien ajeno a las cofradías (o no) quien haya puesto esa mijita de imaginación. Me refiero al (buen) programa cofrade que ha puesto en marcha Canal Sur. En su primera entrega tuvieron la idea de llevar un mapping del Señor del Gran Poder y proyectarlo en las paredes de los bloques de los Pajaritos. Se decía durante su emisión que el Señor tenía que estar presente en los Pajaritos. Con la frescura de las cosas sencillas dieron una clase maestra de imaginación y audacia, de salir de uno mismo, de ir a buscar a quien lo necesita, en una palabra: evangelización. Las hermandades y cofradías surgen para evangelizar y rendir culto público a Dios. Un falso complejo, desde su seno, hace que muchas veces reneguemos de nuestros propios fines. Eso es preocupante, porque la negación de uno mismo es la puerta de entrada a la decadencia.

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