El Palquillo

Los precios de la cuaresma se ‘congelan’

  • El coste de los productos más típicos de la Semana Santa ha variado considerablemente en la última década, pero son en la práctica los mismos que el año pasado

Personas arremolinadas a las puertas de un comercio en el que se hacen túnicas y capirotes.

Personas arremolinadas a las puertas de un comercio en el que se hacen túnicas y capirotes. / Ruesga Bono

"La torrija sigue a 2,80 euros". Esa afirmación de uno de los trabajadores de la Confitería La Campana podría ser un buen resumen de la casi nula subida del coste de la cuaresma con respecto a 2018. "Los precios se mantienen", añade. Cerca de esta conocida confitería, en Juan Foronda, la realidad es similar: "La mantilla y la peina están a 66 euros, igual que el año pasado", dice un encargado refiriéndose al pack más económico que tienen a la venta. "Queremos que todas puedan vestirse de mantilla por un precio asequible", comenta.

Hay que mirar diez años atrás para observar diferencias. Por ejemplo, en la calle Sierpes, el precio de la torrija en la Confitería Ochoa ha pasado de 2,20 a 2,50 euros. Un aumento del 13% en el dulce más típico de la cuaresma, el cual preside la vitrina de esta más que centenaria pastelería céntrica.

Tabla de precios Tabla de precios

Tabla de precios / (J.C. Zambrano) Dpto. de Infografía

La subida del Índice de Precios de Consumo (IPC), que ha soportado una crisis económica por el camino en esta década, ha sido del 12,7%. No todos los productos se han adaptado tan bien como la torrija al IPC. Las sillas en el comienzo de la carrera oficial, en la Campana, costaban 123,69 euros en 2008. En 2019, 35 euros más (159,12). Es decir, un incremento de casi el 30% en diez cuaresmas. Algo parecido ocurre en El Rincón del Nazareno, en la calle San Esteban. El metro de terciopelo, materia prima de muchos antifaces cofradieros, rondaba los 26 euros hace una década y ahora ha subido casi diez: 35 euros. En el caso del cinturón de esparto, elemento también clave para miles de nazarenos de la Semana Santa, la oscilación es menor: de 50 a 55 euros. Estos incrementos no son recientes, puesto que en este clásico negocio sevillano aseguran que llevan "tres años manteniendo los mismos precios".

El aumento no sólo se nota en el bolsillo del cofrade de a pie, sino que las hermandades también han sufrido esta subida. Las flores del paso, los cirios de su cortejo o el carbón para sus acólitos son tres elementos comunes en las decenas de cofradías que salen actualmente en Sevilla. La variación más grande se puede observar en el exorno floral. El precio del clavel en la floristería Montero, ubicada en la calle Monardes, oscilaba entre los 14 y 30 céntimos en la cuaresma de 2008. Once años después, alcanza los 80 céntimos. O sea, cuadruplica su precio. Igual le ha ocurrido a la rosa, que valía esos 80 céntimos a finales de la década pasada y ahora llega hasta los cuatro euros.

Las pastillas de carbón con que se quema el incienso que perfuma la llegada del paso también han notado el paso de los años. Lo que hace 10 años eran aproximadamente 15 euros por una caja de 100 pastillas, ahora son 18. Si una hermandad gasta cinco cajas, el aumento sería de 25 euros por corporación. Por último, otro producto que ha variado poco pero cuyo número de unidades se nota en la economía de las hermandades: la cera. En la Antigua Cerería del Salvador, el cirio de un nazareno costaba en 2010 10,30 euros y actualmente llega a los 10,80. Una pequeña variación que puede suponer un gran coste para una hermandad con miles de nazarenos. Además, añaden que "desde 2012 los precios no han variado, aunque si tenemos gamas más baratas que tuvieron una gran aceptación durante la crisis".

Esta última afirmación confirma que tras el bache económico los precios se han mantenido en la mayoría de productos cofradieros, que han alcanzado la estabilidad en los últimos años.

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