El Ayuntamiento, a través de la Delegación de Fiestas Mayores, quiere acabar con el uso indiscriminado de sillitas plegables para ver las procesiones de Semana Santa. Está moda, que el año pasado deparó varias escenas desagradables, se ha convertido en un problema de orden público y de seguridad al formarse auténticos tapones y barreras físicas en vías que son de evacuación y en puntos considerados sensibles. De cara a esta Semana Santa se va a indicar mediante señales colocadas en estos puntos estratégicos que el uso de las sillitas está prohibido por motivos de seguridad y, de cara a años posteriores, se podría aplicar un régimen sancionador para aquellas personas que sigan obstruyendo estos puntos.

Gregorio Serrano, delegado de Fiestas Mayores, explicó a este periódico que ya lo anunciaron al finalizar la pasada Semana Santa: "No se va a permitir el uso de sillitas móviles en algunos puntos. Lo dijimos el año pasado y lo vamos a mantener este año". Desde Fiestas Mayores llevan varios meses manteniendo reuniones con la delegación de Seguridad y Movilidad, que dirige Juan Bueno, para determinar cuáles serán los puntos en los que no se van a poder instalar las sillas: "Fundamentalmente será en los cruces. Vamos a instalar unas señales que indiquen que, por la seguridad, de los viandantes, no se va a permitir el uso de sillitas móviles".

En cualquier caso, la Policía ejercerá este año una labor disuasoria e informativa -agregó Serrano- para explicar a los usuarios de las sillas que no está permitido su uso en esos puntos. Será en años sucesivos, después de esa labor de educación, cuando se aplique la prohibición con más fuerza. De hecho, se podría establecer un régimen sancionador. "De momento estamos hablando para ver cómo tenemos que hacerlo y si es necesario modificar alguna ordenanza", indicó Serrano.