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Cofradias

La Madrugada, del rodeo al parón

  • El cruce del Gran Poder con la Esperanza plantea serios problemas en la jornada

La organización actual de la Madrugada requiere de una reestructuración que cada año se antoja más urgente. Así lo hacen constar varios de los hermanos mayores de las cofradías de esta jornada. Su última modificación, hace más de 40 años, no responde a las necesidades del presente, y lo que es más preocupante, las que pueden surgir en un inmediato futuro.

Las principales hermandades afectadas son el Gran Poder, el Calvario y la Esperanza de Triana. Y lo son además, en una reducida franja longitudinal que abarca desde la confluencia de Reyes Católicos con Zaragoza hasta la propia Campana.

Para comprender el estado actual de la Madrugada hay que retroceder a 1965. Hasta ese año la cofradía de los Gitanos llegaba a la Plaza del Duque después de discurrir por la Alameda. En 1966 la corporación modificó su itinerario de ida pasando por delante del Palacio de las Dueñas y por Sor Ángela de la Cruz, con lo que se convertía en la tercera cofradía de la jornada en transitar por Orfila y Javier Lasso de la Vega. Aquella Madrugada los Gitanos hizo validar la ley no escrita de la prioridad en favor de la cofradía que va camino de la catedral sobre la que viene ya de vuelta. Plantó su cruz de guía ante la del Silencio, lo que provocó que los nazarenos del Gran Poder, que entonces volvía por Francos y Cuna, tuvieran que estar parados más de una hora.

Al año siguiente el Gran Poder optó por cambiar el itinerario de regreso para evitar ese parón, lo que le llevó a dar la gran vuelta por el Postigo que hoy día se mantiene, siendo la cofradía que mayor rodeo realiza para volver a su sede canónica.

Pero las circunstancias han cambiado y cuatro décadas después se puede encontrar con un nuevo parón. El problema principal radica en la confluencia de Reyes Católicos con Zaragoza. Desde esta esquina hasta la entrada en carrera oficial la Esperanza de Triana tiene que comprimir a un cortejo que supera los 2.000 nazarenos. En 1966 apenas llegaba a los 900. La diferencia es rotunda. Como las afirmaciones de su hermano mayor, Adolfo Vela, que ha expresado que la cofradía no está dispuesta a seguir "arrollada". "Nos podemos comprimir, pero no arrollarnos". No en vano, el año pasado sufrieron un parón de 18 minutos, donde se puso en peligro "la integridad de los nazarenos" que han pedido que se tomen medidas para evitar esta aglomeración que vienen sufriendo los últimos años.

Todo apunta a que se pueda generar un nuevo parón para la cofradía del Gran Poder (que podría ser de mayores consecuencias si se incorporan nazarenas en pocos años). Tanto Adolfo Vela, como los hermanos mayores del Calvario -cofradía con otro parón de 25 minutos en Rioja para dejar el paso expedito a la Esperanza- y el Gran Poder señalan que la única forma de que no surjan mayores problemas es cumplir los horarios. En las reuniones mantenidas no se ha propuesto una solución concreta.

Por ahora la única opción no oficial que se baraja es la de que los Gitanos retome su itinerario antiguo por la Alameda. Su hermano mayor, Juan Miguel Ortega Ezpeleta, es tajante: "no se nos ha perdido nada allí. Ya nos sacrificamos este año dando un rodeo para dejar espacio a la Macarena". Habrá que esperar para ver quién mueve ficha.

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