Delegado de día

Manuel Yruela: Entre el Consejo y las hermandades

  • Además de coordinar a las hermandades de su día en la jornada procesional, su experiencia se vislumbra a lo largo de todo el año. Yruela, de La Redención, se ocupa del Lunes Santo.

Manuel Yruela es un hombre de cofradías. Ha sido durante muchos años miembro de junta de su Hermandad de la Redención, donde llegó a ser hermano mayor. En los últimos ocho años ha desempeñado su labor como delegado del Lunes Santo en el Consejo de Cofradías. Es un hombre muy querido y apreciado en el seno de las hermandades. Este año está de enhorabuena puesto que en su jornada se estrena una nueva cofradía, la del Polígono de San Pablo: “como yo digo he pasado de tener ocho hijos a tener nueve. Considero que quizás no era el Lunes el día más adecuado para su incorporación, pero todos la hemos recibido con los brazos abiertos”. El trabajo de un delegado de día se extiende mucho más allá de lo que es su jornada o la Semana Santa propiamente dicha. Tiene que estar todo el año “al pie del cañón” acudiendo a los cultos, a las convivencias, a los via crucis o atendiendo la propia labor que desarrolla dentro del Consejo. Es un trabajo con “más alegrías que sinsabores”.  Lo más agradable de cada año es poder darle la venia en la Campana al Beso de Judas: “es algo muy emotivo para mí. El presidente sabe que es mi hermandad y todos los años me deja que la reciba”.

El próximo mes de junio hay elecciones al Consejo, pero no tiene intención de seguir a pesar de que se lo han propuesto sus hermanos mayores y alguno de los candidatos, “después de ocho años como delegado y toda una vida en el Beso de Judas, creo que es el momento adecuado para dejar a otros. Hay que saber retirarse”. Vive la Semana Santa “ejerciendo su trabajo y atendiendo a las necesidades del Consejo”. No es muy andarín, por lo que ve las cofradías de forma tranquila y relajada, eso sí, nunca se pierde a sus hermandades: La Redención, Santa Cruz, Montserrat, Los Gitanos y la Exaltación.  Considera que la Semana Santa goza de buena salud, y que “los problemas e inquietudes que la afectan son propios de que hay vida, inquietud y deseo de trabajar por las cofradías. No considero que estemos pasando una crisis”.

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