Analizar el dolor en situación de estrés, el control del miedo, la psicología del torero y las emergencias derivadas tras una cogida en el ruedo, serán algunos de los temas que se debatirán mañana en la mesa redonda Medicina y Tauromaquia, en la Sala Chicarreros. Será el primer acto del ciclo de conferencias y mesas redondas incluido en el amplio programa de actividades para 2010 que la Academia de Medicina de Sevilla presentó ayer en su sede.

Moderará el debate el cirujano cardiovascular Carlos Infantes Alcón, e intervendrán como ponentes Ramón Vila, cirujano de la Maestranza; los matadores de toros Curro Romero y Juan Antonio Ruiz Espartaco; el rejoneador Ángel Peralta; Eugenio Arévalo, cirujano de Los Califas de Córdoba, y el crítico taurino Manuel Molés.

Carlos Infantes aseguró que este debate pretende retomar parte de las actividades desarrolladas por la Veneranda Tertulia Hispalense, Médica-Chímica, Anathómica y Mathemática, iniciada en 1693, que luego se convertiría en la Regia Sociedad Médica de Sevilla, antecesora de la actual Academia de Medicina, que este año celebra su 310 aniversario. La Academia, que desde enero cuenta con un nuevo presidente, Hugo Galera Davidson, pretende así aumentar su capacidad de relacionarse con la sociedad, a través de temas de gran arraigo entre los sevillanos, como es el de la tauromaquia.

En los últimos 200 años se han producido 57 muertes en corridas de toros. De ellas, el 75% corresponden a toreros españoles; de ellos, el 57% son andaluces, de los que el 29% son sevillanos. Según Infantes, esto no sólo se debe a que en Sevilla haya mayor afición por la fiesta de los toros. Revisando estas muertes -cuyos dos motivos son el traumatismo craneoencefálico y la hemorragia- se deduce que para prevenirlas es prioritario disponer de medios y personal especializado, punto por el cual, a juicio del cirujano, no existe inquietud por parte de las organizaciones sanitarias, los políticos, o, incluso de los toreros, hecho que le hace cuestionarse si la fiesta nacional necesita que haya algo de tragedia.

La polémica está servida, algo que Infantes ha confesado que se pretende crear desde la Academia, "pero", puntualiza, "una polémica meramente científica".