Economista de 52 años de edad, casado y con tres hijos. Alberto Ybarra nació y creció bajo el influjo de la Hermandad del Silencio y la devoción a la Santa Cruz, Jesús Nazareno y la Virgen de la Concepción. Su familia está ligada a la corporación de la Madrugada desde finales del siglo XIX. Su bisabuelo, Tomás Ybarra, fue hermano mayor. Labor que posteriormente continuaron su abuelo, Eduardo Ybarra Osborne, y su padre, Eduardo Ybarra Hidalgo. Tras 24 años formando parte de diferentes juntas de gobierno, el próximo 9 de noviembre, tomará las riendas de una corporación con más de seis siglos a sus espaldas.

-¿Cómo es la hermandad que hereda Alberto Ybarra?

-Es mucho más abierta. Ha avanzado en muchos temas. Antonio Rodríguez Cordero la ha actualizado mucho. Goza de mucha vida interna. Ha aumentado en número de hermanos y la edad media es bastante baja.

-¿Cuáles van a ser sus principales proyectos?

-Lo que más me interesa es captar hermanos y formarlos cristianamente. Como dice el arzobispo Asenjo, prácticamente estamos viviendo una segunda evangelización y queremos ayudar a la Iglesia de la que formamos parte. El reto que tenemos es darle a los jóvenes una formación adecuada, saber formarlos como auténticos cristianos, que es el sentido de una hermandad. Como proyectos materiales lo más inmediato es abrir la casa nueva que nos va a ceder el Ayuntamiento. Hace tres años firmamos el convenio y estamos pendientes de que Cultura se traslade de las oficinas de la calle El Silencio a Artillería. Las últimas noticias es que se van antes de final de año.

-¿Qué uso le darán a esas dependencias?

-En un principio ocuparemos la planta baja y servirá para poner en marcha el centro de día para mayores, que es el fin social de la fundación Mater Inmaculata que se creó en 2004 con motivo del 150 aniversario del dogma inmaculista.

-Parece un reto difícil de afrontar en una época de crisis.

-La crisis afecta a todo el mundo de una manera u otra y las hermandades no iban a ser menos. Nos costará más trabajo ponerla en marcha, pero al principio la inversión para adecuar el local será menor al ser sólo la planta baja, pero tendrá que ser así hasta que lleguen tiempos mejores.

-¿Qué opina de las declaraciones del arzobispo el pasado miércoles en La Algaba en las que instaba a las hermandades a promover más obras sociales y menos estrenos?

-Estoy totalmente de acuerdo. Ya estamos promoviendo diferentes actos para que generen recursos para la fundación, entre ellos la película Gloria Nazarenorum, cuyos ingresos van destinados a esta obra social.

-¿Saldrán mujeres nazarenas en el Silencio bajo su mandato?

-Es un tema que tengo que analizar con mi junta de gobierno. Lo haremos en los primeros meses de mi mandato. Pero, será algo que tendremos que hacer dentro del cauce reglamentario de la hermandad. Primero en el seno de la junta de gobierno y, en todo caso, y más adelante, en el cabildo general de hermanos.

-Su hermandad sacaba un tramo de mujeres de paisano con velas tras el Nazareno. ¿Sería muy descabellado recuperarlo?

-El tramo de mujeres de paisano es una costumbre que estuvo hasta los años 40 y habría que ver los pros y contras. Lo tendríamos que analizar, igualmente, en el seno de la junta de gobierno.

-¿Ve necesario algún cambio en la Madrugada?

-No. Mejor no cambiar las cosas. La Madrugada es complicada porque cada vez hay más nazarenos y como se cambie algo puede ser incluso peor. Lo dejaría todo como está.