RELIGIÓN

Asenjo pide a los fieles que hagan campaña contra el aborto y la eutanasia

  • El arzobispo coadjutor de Sevilla y administrador apostólico de Córdoba alienta a las instituciones, confesionales o no, a que promuevan iniciativas a favor de la vida

El arzobispo coadjutor de Sevilla y administrador apostólico de Córdoba, Juan José Asenjo, ha pedido a los católicos que traten de "sensibilizar" al resto de la sociedad para impulsar la "cultura de la vida" y luchar contra el aborto y la eutanasia. En una carta pastoral, Asenjo asegura que se trata de un tema "verdaderamente trascendental" y que es preciso "proteger inexcusablemente a los más débiles e indefensos", es decir, "la vida humana concebida y no nacida, y también la vida en su ocaso, la de los enfermos y ancianos".

Asenjo ha señalado que "son muchas las amenazas que se ciernen sobre la vida humana", como la "plaga del hambre" que padece un tercio de la humanidad, la violencia contra las mujeres, los accidentes de tráfico "consecuencia casi siempre de la irresponsabilidad" o la muerte de trabajadores, en muchos casos "fruto de un liberalismo económico desbocado". En la misma línea destaca el problema de las drogas y "el drama del aborto", que "a su gravedad intrínseca por ser la eliminación voluntaria y querida de un ser humano por decisión de sus padres" se une la tragedia de su "aceptación acrítica por una parte de nuestros conciudadanos en nombre del progreso y de la libertad de la mujer".

Por otra parte, añade que va extendiéndose la aceptación social de la eutanasia, "al tiempo que se prepara su regulación legal, olvidando que la vida humana, desde su concepción hasta su ocaso natural, no es propiedad del hombre, sino don gratuito de Dios". A todo ello se añaden determinadas disposiciones legales que "no respetan" la dignidad de la vida naciente "partiendo del falso principio de que todo lo que es científicamente factible es también éticamente lícito". En este caso "no se tiene en cuenta que la técnica, cuando reduce el embrión humano a objeto de experimentación, acaba abandonando al débil al arbitrio del más fuerte".

Por este motivo, alienta a las instituciones, confesionales o no, que promueven iniciativas a favor de la vida y que "ayudan a las madres en circunstancias difíciles para que acojan generosamente el fruto de sus entrañas".

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