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Sevilla

COMISIONADOS: Una nueva figura para el gobierno de las cofradías

  • Las hermandades de San Esteban y el Dulce Nombre están presididas por personas ajenas a las corporaciones

Hasta que a Jesús Creagh Álvarez de Toledo lo nombraron comisionado para el régimen y gobierno de la Hermandad de San Esteban esta figura era totalmente desconocida para los cofrades. Su nombramiento está contemplado en el Código de Derecho Canónico, aunque era la primera vez que el Arzobispado optó por esta fórmula y no por una junta rectora, o gestora, como había sucedido en otras hermandades con problemas.

A Creagh, persona totalmente ajena a la cofradía hasta el momento de su nombramiento, el 27 de diciembre de 2007, se le asigna una tarea harto compleja: reconducir la hermandad a su razón de ser. Jesús Creagh no fue designado por casualidad para supervisar o coordinar el futuro de San Esteban. Era un colaborador habitual con la Iglesia de Sevilla en temas de laicos y apostolado seglar. Un día, recibió una llamada desde la plaza Virgen de los Reyes en la que se le requería para un nuevo servicio en la iglesia hispalense.

Aunque tenía plenos poderes, lo primero que hizo tras su nombramiento fue apoyarse en la junta de gobierno que había hasta que pasara la Semana Santa, que en 2008 fue el 16 de marzo, la fecha más temprana posible, lo que le dejaba poco margen de maniobra. En estos meses Creagh se dedicó al "conocimiento de la causa".

Fueron días de reuniones en los que se fue impregnando del espíritu de la Puerta de la Carne, y fue tomando conciencia del enfermo. Una vez concluida la Semana Santa, formó su equipo de colaboradores, ajenos a los sectores enfrentados, y siempre teniendo en cuenta que fueran gente de Iglesia, responsables, que quisieran a la hermandad, y que estuvieran dispuestos a poner a su servicio parte de su tiempo y conocimientos. El primer paso estaba dado.

La gran preocupación en esta etapa fue la de recuperar los valores perdidos y olvidados en los últimos años: acción social y caridad, y formación. También se empezaron a estudiar las cuentas desde muchos años atrás.

El segundo año fue el del acercamiento a los hermanos. Se crearon grupos de trabajo, se recuperaron reconocimientos perdidos y se empezaron a limar asperezas con los sectores más conflictivos. El pasado 27 de diciembre comenzó el tercer año, y con él, la necesidad de abordar los problemas de fondo.

La toma de decisiones está empezando a ser dura. Se ha prescindido de algunos costaleros, aunque esta decisión tiene más que ver con criterios técnicos y estéticos, y se ha renovado la banda del paso de Cristo, por disparidad de criterios.

Los pasos que ha dado Jesús Creagh son muy firmes, aunque los últimos acontecimientos pueden ralentizar la cura del enfermo. Aún le quedan decisiones que tomar, duras algunas de ellas, pero necesarias para que la Hermandad de San Esteban renazca como una corporación modélica. Los cimientos están puestos, y la hoja de ruta se va cumpliendo.

En una situación similar se encuentra la Hermandad del Dulce Nombre desde el pasado mes de diciembre, cuando Manuel Toledo Zamorano, antiguo hermano mayor de la Trinidad, fue designado comisionado para esta corporación. Toledo accedió al cargo tras una llamada de Manuel Soria Campos, delegado diocesano para las hermandades. Al igual que Jesús Creagh, lleva varios años colaborando con la iglesia sevillana, coordinando los cursos de formación litúrgica. También, como su homólogo de San Esteban, desconocía por completo las claves de la hermandad.

Lo primero que hizo fue reunirse con el hermano mayor saliente, y los dos candidatos que se presentaron a las elecciones. "De esas reuniones empezaron a salir nombres". A finales de diciembre, empieza a citar a determinados hermanos y comienza a darse cuenta de la situación e la hermandad: "Así fui fraguando el equipo que me acompañaría".

A Toledo algunas personas le han criticado por lo descompensado de ese equipo, a lo que responde que "la realidad me ha demostrado que mitad y mitad no lleva a nada bueno. He confeccionado el mejor equipo posible y está trabajando al 100% y plenamente volcados", argumenta.

Igual que Creagh, ve en la falta de formación uno de los problemas más serios de las cofradías y, al igual que en San Esteban, asegura que este período con él al frente de la corporación durará lo que los hermanos quieran: "Si hay buena comunión y colaboración será un proceso más corto".

En cualquier caso, la labor de Jesús Creagh y Manuel Toledo será importante para el futuro de estas dos hermandades.

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