Puntadas con hilo

La Cartuja se viste de marca

  • El Ayuntamiento habrá invertido cuando acabe el año en que se celebra el 25 aniversario de la Expo un millón de euros en la tecnópolis, foco con el que se quiere alumbrar la proyección de Sevilla

La Expo del 92 situó a Sevilla en el mapa de la modernidad. Al sevillano le costó creérselo y eso mantuvo con las carnes abiertas a los organizadores hasta días antes de la inauguración de la muestra, que esta semana ha conmemorado su 25 aniversario. El reto entonces no era el de atraer simplemente a turistas, aunque la oferta hotelera se incrementó en menos de un año más de un 60% y en el cuarto de siglo que ha transcurrido la cifra de visitantes que recibe al año la capital se ha multiplicado casi por cinco. La marca Sevilla ya era potente, tanto como la de la Coca-Cola, decían en el momento. Pero el objetivo era presentar una nueva versión de la marca: la de una Sevilla de vanguardia, con industria y futuro y en condiciones para competir en Europa. El foco estaba puesto en el 93.

Al sevillano le costó involucrarse, pero pronto demostró su capacidad para hacer suyos los éxitos y sentirse el ombligo del mundo. La Expo triunfó gracias al orgullo local, pero luego llegó la resaca, previsible, se apagaron las luces y todo eran sombras en una isla donde creció la hierba y, de nuevo, el escepticismo. Algo propio de una ciudad como Sevilla, muy centrípeta.

La isla de sueños que sirvió de escaparate a la ciudad durante seis meses era sólo el pretexto, el trampolín hacia un legado que hoy es uno de los principales activos de la capital. Y todavía hay muchos, como en el 92, a los que les cuesta creérselo.

Por eso, uno de los objetivos de la conmemoración de los 25 años de la Expo es potenciar ese valor, desconocido aún por muchos, del Parque Tecnológico de la Cartuja. Dice Juan Espadas, el hoy alcalde de Sevilla, que es el mejor monumento que nos queda del 92, una tecnópolis que factura actualmente 2.000 millones de euros al año. Aquel recinto que dejó terreno a los jaramagos, alberga hoy un modelo económico, cultural y académico que no se da en ningún otro lugar del mundo.

Y por ello, y porque otro de los retos es mostrar al mundo -a través de las redes sociales, el recuerdo y la nostalgia- lo que fue la Expo, la Cartuja necesitaba vestirse para la ocasión. A ningún sevillano se le escapa también que la isla, a pesar del valor de los activos mencionados, sigue careciendo de mejores conexiones y necesita una regeneración urbana. Y en esa tarea anda enfrascado hace meses el Ayuntamiento de Sevilla, con un paquete de inversiones que, cuando finalice este año de aniversario, rondará el millón de euros en la Cartuja.

Entre otras actuaciones, Urbanismo destinará casi 700.000 euros para renovar monolitos de rotulación viaria, adecuar y adecentar siete fuentes de la Avenida Marie Curie, mejorar el asfaltado y acerado del parque, reurbanizar las vías Inca Garcilaso, Marie Curie y mejorar la conexión ciclista de Leonardo da Vinci. Movilidad está señalizando las zonas de prohibido estacionar para recuperar espacios ocupados por coches mal aparcados o remodelando cruces semafóricos obsoletos. Sólo Lipasam tiene en marcha un plan de choque por casi 100.000 euros. En los últimos meses ha retirado 60.600 kilos de basura y ha gastado 65 bidones de pintura para adecentar distintas zonas. Parques y Jardines cuenta con un plan por otros 100.000 euros para completar la recuperación del Jardín Americano, tras años de abandono. Entre otras actuaciones en glorietas y vías, ha desbrozado y limpiado los Jardines del Guadalquivir y tiene previsto colocar allí papeleras antivandálicas y también ha podado el arbolado de los nuevos Jardines de Magallanes. Éstos, el nuevo parque junto a la Torre Sevilla, forma parte de la denominada nueva manzana de oro de la ciudad que servirá para revalorizar la Cartuja donde ya se ha mejorado la movilidad con plazas de aparcamiento y lanzaderas y donde ya funciona un centro municipal de innovación, ha abierto sus puertas el Caixafórum y está previsto un nuevo centro de remo o un nuevo intercambiador de transportes.

Es un trabajo previo y necesario para dar a Sevilla una nueva dimensión internacional, reforzar la marca Sevilla, otro de los retos del gobierno de Espadas. El mismo que de la mano del comité organizador de los actos del 25 aniversario está trabajando para que Sevilla pueda ser sede de la asamblea que en noviembre elegirá la sede de la próxima Expo, la que se celebrará en 2025. ¿Será en París o en Osaka? Son las mejores posicionadas. Osaka fue la Expo que precedió a Sevilla. ¿Habrá un nuevo turno para la ciudad? Para muchos sería un sueño. Y los sueños, sueños son, pero siempre ayudan a avanzar.

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