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Sevilla

Cofradías del Martes Santo ayudan a las monjas de San Leandro

  • Las hermandades realizan un donativo ante la delicada situación económica del convento

Las hermandades del Martes Santo se han unido para tender la mano y colaborar con las monjas del convento de San Leandro, que están atravesando una delicada situación económica. Éstas se encuentran inmersas en un proceso judicial por la demanda de un arquitecto al que encargaron la reforma de unas dependencias anexas al convento, que querían convertir en residencia de estudiantes para sacar fondos y poderlos invertir luego en las obras de conservación necesarias en un edificio que data del siglo XVI.

La idea surge de la vecina Hermandad de San Esteban, conocedora de las penurias por la que están atravesando las religiosas, que trasladó la iniciativa al resto de hermandades de la jornada y al delegado del Consejo de Cofradías. Las hermandades han respondido al llamamiento y, la pasada Navidad, llevaron su donativo al convento, algunas como ofrenda económica y otras en forma de alimentos para cubrir las necesidades básicas de las monjas, que estos meses han estado comiendo del Banco de Alimentos.

Los hechos denunciados se remontan al año 2007, cuando las religiosas se ponen en contacto con un arquitecto para hacer habitables las citadas estancias y así conseguir unos ingresos extras a los habituales de la comunidad, que vive de la venta de yemas y la limosna de los feligreses.

El presupuesto de los trabajos se cifró en 40.000 euros y el plazo de ejecución, aunque no había nada estipulado, no debía ser mayor a 6 meses. Una vez concluido ese tiempo, las obras no habían finalizado y el precio se había multiplicado por tres. Hasta ese momento -principios de 2009- la comunidad había abonado ya 60.000 euros, un desembolso que ha dejado sin recursos al convento. Las monjas, llegado este punto, se encontraron con unas obras sin terminar que habían triplicado su coste, y con la demanda del arquitecto que les reclamaba el pago de los honorarios en función del coste final de los trabajos. A finales de este mes se celebrará la primera de las vistas al respecto.

Actualmente, la reforma ya está terminada y Urbanismo ha concedido la licencia de ocupación y cédula de habitabilidad, por lo que las monjas esperan alquilar, a la menor brevedad posible, los inmuebles -dos pisos, un apartamento, y un local comercial- y, de este modo, obtener ingresos con los que poder pagar el coste de las obras y hacer frente al mantenimiento del resto del edificio conventual, que presenta un delicado estado de conservación, que se ha visto agravado por las últimas lluvias.

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