Sevilla

"Coge el teléfono que te interesa, tu tío se está desangrando"

  • La mujer del asesino del vicario de San Isidoro relata ante el jurado cómo José Eugenio Alcarazo le mandó un audio por whatsapp confesando el crimen.

La sobrina del vicario asesinado Carlos Martínez Pérez y esposa del acusado ha relatado este martes al jurado cómo el asesino confeso, José Eugenio Alcarazo Fernández, nada más producirse el crimen le envió un archivo de audio por whatsapp diciéndole que cogiera el teléfono porque había apuñalado al presbítero. “Cógelo que te interesa, tu tío se está desangrando eh”, es el escueto mensaje que José Eugenio le envió a su esposa Esther F. M. y cuya grabación han podido escuchar los miembros del jurado popular que enjuicia este caso.

La esposa del acusado, que aún sigue casada con él aunque no tiene ningún contacto desde que ocurrieron los hechos, en julio de 2015, ha explicado que después de enviarle ese mensaje, el asesino confeso volvió a llamarla por teléfono y en esta ocasión le contestó para preguntarle a quién había apuñalado. “¿Qué tío va a ser? El cura. Lo tenía que haber hecho hace dos años y que sepas que de esta voy a la cárcel”, fue la contestación que recibió la sobrina del presbítero, que también ha narrado cómo volvió a recibir una nueva llamada mientras era detenido, algo que según la testigo hizo para que escuchara el momento del arresto.

Esther ha añadido que ha recibido dos cartas desde la cárcel del acusado y en una de ellas vuelve a confesar el crimen, diciéndole que “no puede quitarse de la cabeza la imagen de su tío”, algo que para la mujer del asesino lo estaba diciendo “sin ningún tipo de arrepentimiento”.

El acusado culpaba al vicario Carlos Martínez Pérez de la ruptura del matrimonio y la sobrina de la víctima ha dicho este martes que su familia ya le advirtió en dos ocasiones, una de ellas antes de que se casara, cuando el presbítero le dijo que esta persona “era un maltratador”. Además, Esther F. M. ha añadido que delante de varios familiares suyos y de ella misma había dicho que el sacerdote “tenía la culpa de todo y lo iba a rajar”. Una amiga, prosiguió la testigo, le dijo en una ocasión que José Eugenio le había transmitido una amenaza similar: “Como me salga mal el matrimonio con Ester, al primero que me cargo es al cura”, le dijo a esta amiga.

Antes de ejecutar el asesinato y tras marcharse del hospital, José Eugenio se presentó en la misma tarde del 16 de julio en el domicilio de Esther, a la que comentó que se había “escapado” del hospital y le pidió otra oportunidad para retomar la relación. La mujer le dijo que estaba de acuerdo, pero que antes debía ir a Getafe para “reconciliarse con su madre” y después hablarían. “O sea que no hay otra oportunidad. Me besó y se fue”, asegura la testigo que le dijo el asesino, quien a continuación le dijo que se iba a quitar la vida, que “diera su ropa a Cáritas y vendiera las herramientas, porque del coche que llevaba iba a quedar poco”.

La mujer ha explicado que las relaciones de José Eugenio con sus hijos no eran buenas, hasta el punto de que en una ocasión tuvo que plantarse porque sus hijos no se iban a ir de su casa, pero aun así le ofreció una solución para seguir con el matrimonio porque, según dijo, “ha amado cada milímetro de ese cuerpo que está ahí”, dijo la testigo refiriéndose a su marido, que escuchaba su relato desde el banquillo del acusado.

Esther F. M. también ha relatado ante el tribunal cómo unos días antes del crimen, el 6 de julio, le había enviado un vídeo por whatsapp sobre su “presunto” intento de suicidio. “Compró Viagra con otro nombre y en el vídeo se le ve tomándose las pastillas a puñados mientras decía: Por ti.. porque te quiero… lo hago por ti”, indicó la testigo, que consideró como una mala faena que le enviara ese vídeo.

Pero en la sesión de este martes también se escucharon otros testimonios que incriminan al acusado, como el de una amiga de Madrid a la que había conocido a través del Facebook y con la que pasó un fin de semana a principios de julio. Esta mujer, que ha comparecido en el juicio a través de una videoconferencia, ha señalado que el mismo día del asesinato la telefoneó diciéndole que había comprado unos cuchillos con 50 euros que le había robado a Esther. “Estaba enfadadísimo y dijo voy a matar a ese hijo de puta”, dijo la mujer, que a continuación explicó que más tarde recibió una segunda llamada, a la que contestó su hijo de 12 años, al que le comentó lo siguiente: “dile a tu madre que ya lo he hecho”.

También ha declarado por videoconferencia una de las ex mujeres de José Eugenio Alcarazo, Silvia R. A., a la que llamó igualmente el día de autos estando “muy alterado y descentrado”, y luego envió una carta ya desde la cárcel confesando nuevamente el crimen. “Le cosí a puñaladas sin control y sin saber”, recoge la misiva que la testigo leyó literalmente.

Por último, ha declarado un mecánico que presenció el asesinato del vicario y que ha explicado que oyó los gritos de la víctima mientras se producía la agresión. “Lo vi frente a Carlos”, ha afirmado, y después cómo el agresor se marchaba “andando y luego corriendo” del lugar.

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