El Macero

Conferencia internacional con aires de despedida política

Teatralidad para niños

Entre los políticos parece haberse convertido casi en una verdad sagrada aquello de que lo que no pueda expresarse con un gesto o una actitud simple -lo de los discursos a algunos todavía les cuesta mucho- no tiene efecto (electoral) alguno. Si no, que se lo digan a Evelia Rincón, edil hispalense del PP, que esta semana denunció la expulsión de su grupo de la Fundación De Sevilla con una rueda de prensa en la que se presentó con tres medallas para ilustrar -se suponía que irónicamente, aunque no está del todo claro- las cualidades democráticas del gobierno local. Premio al caballero, señora en este caso. Claro que no es la primera vez. Otros ediles del PP local han hecho incursiones -casi todas fallidas- en el mundo de la teatralidad política. Quizás el oráculo que gobierna las decisiones del único partido de la oposición piense que hay que simplificar el mensaje todo lo posible e, incluso, incidir en la comunicación no verbal, pero la masa gris de la prensa municipal -el auditorio al que se dirigía la edil Rincón a la hora de hacer su denuncia- sinceramente, sin ser extraordinaria, da para bastante más. Además, el colegio lo dejamos ya hace bastante tiempo. No digamos el jardín de infancia. Otros, acaso, no. En fin: debe ser éste el estilo Zoido. Simple y directo. En crudo.

Todos a Melilla

Al alcalde le faltó tiempo para encabezar la comitiva que esta semana se fue a Melilla a cuenta del estreno de una nueva conexión aérea entre la capital andaluza y la ciudad norteafricana. Se ha hablado de una gran comitiva, pero lo que no se ha dicho es que más de uno (que también quería sumarse a la fiesta) tuvo que quedarse en tierra. Y no precisamente porque su presencia fuera necesaria. Una pista: es mujer y se la ve con frecuencia. Lo más llamativo del episodio, en todo caso, no ha sido el viaje a Melilla propiamente dicho, sino la polémica en la que ha entrado el Consistorio con el gremio de las agencias de viajas a cuenta del vuelo. La patronal del sector dijo no entender la viabilidad de la iniciativa. El Consorcio de Turismo respondió -y eso que era ya pleno fin de semana- casi de inmediato diciendo que la patronal no estaba bien informada. Bonita forma de cultivar la integración de los agentes sociales y económicos de la ciudad. Quien habla es porque no sabe. ¿O será acaso porque dice una verdad que en determinados sitios no quiere oírse? Lo que pasa es que se celebran los estrenos pero no los fracasos de las líneas aéreas abiertas en los últimos meses desde Sevilla. Esta semana ha caído una de ellas. Puede que con el tiempo le pase también a alguna más. Claro es que, una vez inaguradas, que sean rentables o no estas conexiones aéreas, al Consistorio ya le importa menos.

Dilación en la Encarnación

La perla de la semana ha sido la confirmación, por boca del propio alcalde, del retraso que van a sufrir las obras de la Encarnación del proyecto Metropol Parasol. Al parecer, alguien mandó un nota técnica a la Alcaldía sin filtrar y el regidor, en la entrevista radiofónica previamente concertada para hablar del asunto, decidió que si sus hombres de confianza habían decidido no limpiar la misiva tampoco tenía él motivo para realizar tan delicada tarea, así que lo contó todo él mismo con pelos y señales. Además, al convocar una visita restringida a las obras -a las que no se invitó a todos los medios de comunicación; la tesis oficial que es que muchos aparecieron sin avisar; lo que nadie se explica es cómo les dejaron entrar- pues el efecto de sus declaraciones se amplificó. Al día siguiente todos los periódicos hablaban de la inexplicable dilación de las obras. Eso se llama hacer las cosas bien, pero que muy bien.

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