El Ayuntamiento de Sevilla ha propuesto una reorganización de la Policía Local que mantiene la antigua división administrativa en seis distritos, pese a que todo el organigrama municipal trabaja en once demarcaciones territoriales desde hace casi tres años. El refuerzo en los distritos es uno de los pilares fundamentales de la reestructuración de la Policía y la intención del gobierno local es la de destinar a los barrios casi 576 policías, más de la mitad de la plantilla actual.

La permanencia de estos seis antiguos distritos -Centro, Nervión-San Pablo, Macarena, Este-Torreblanca, Sur y Triana-Los Remedios- resulta extraña en una propuesta que busca una "descentralización de los servicios", tal y como se explica en el borrador presentado la semana pasada por la Delegación de Convivencia y Seguridad, al que ha tenido acceso este periódico. También es significativo que el Ayuntamiento tenga presupuestada la construcción de una comisaría en Bellavista cuando el actual distrito Sur ya tiene su sede en la avenida de Felipe II. De acuerdo con el nuevo plan, por tanto, uno de estos dos edificios tendría que quedar obligatorialmente como una subtenencia u oficina de denuncias. De organizarse en once distritos, una sede sería para Sur y la otra para Bellavista-La Palmera.

La intención del Consistorio es precisamente la de construir nueve sedes policiales, que unidas a las dos de reciente construcción en Sevilla Este y Felipe II formarían las once comisarías de los once distritos municipales. La nueva organización policial, de llevarse a cabo, enterraría por completo este proyecto. También es contrario a la descentralización uno de los puntos del nuevo plan, que dota al jefe del distrito centro de primacía sobre las cinco demarcaciones restantes.

La propuesta de reforma de la Policía Local es, además, prácticamente idéntica a la que planteó hace dos años el anterior jefe del cuerpo, Rafael Alarcón, destituido por el alcalde después de que denunciara en un acto público las carencias en formación y medios materiales que padecía la Policía a la hora de aplicar la ley antibotellón. Dos años después, con José Aulet al frente de la Policía y tras el paso por la delegación de los concejales Francisco Fernández y Nieves Hernández, el proyecto actual es casi idéntico al que nunca se llevó a la práctica.

Sólo hay dos diferencias importantes. El plan de Alarcón mantenía la Oficina de Gestión de Atestados (OGA), la unidad especializada en los accidentes de tráfico, que ahora queda suprimida e integrada en los distritos. Igual ocurre con la Unidad de Intervención Nocturna, que también queda suprimida con la reforma actual y se integra en los distritos.

El resto de diferencias son muy sutiles y en la práctica serán casi inapreciables, como la integración del Grupo Giralda en el distrito Centro. Llama la atención la ausencia tanto en este proyecto como en el anterior de la unidad ciclista, un grupo que tiene las bicicletas adquiridas y almacenadas en la Jefatura desde hace unos meses y para el que el gobierno local se ha hecho con un quiosco de los jardines de Murillo con la intención de establecer allí su sede operativa.