La Delegación Territorial de la Consejería de Cultura en Sevilla, a petición de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico, ha ordenado la "paralización" de las obras promovidas en el número tres de la céntrica calle Santander de la capital andaluza, para la instalación de un restaurante de la cadena Foster's Hollywood, toda vez que dichos trabajos habían sido inicialmente suspendidos por el propio Ayuntamiento hispalense.

Según una reciente resolución de la Delegación Territorial de la Consejería de Cultura recogida por Europa Press, estas obras promovidas en el edificio de estilo vanguardista de la calle Santander, un proyecto que ya contó con su propia controversia, están sujetas a las estipulaciones recogidas en el plan especial de protección correspondiente al sector 13.1 del Conjunto Histórico Artístico de Sevilla.

Dicho sector está marcado por el recinto monumental de la antigua Casa de la Moneda, con su portada diseño del arquitecto Sebastián Van der Borcht, y la torre almohade de la Plata con su recinto amurallado anexo.

Al respecto, la mencionada resolución de la Delegación de Cultura señala que el recinto de la Casa de la Moneda está catalogado como bien de interés cultural (BIC) y goza de "un entorno protegido de 50 metros", toda vez que para cualquier actuación en esta zona es necesaria la autorización de este departamento provincial de la Consejería de Cultura.

Nuevo varapalo

Pues bien, después de que el Ayuntamiento de Sevilla ordenase hace pocos meses suspender estos trabajos destinados a la instalación de un restaurante de la cadena Foster's Hollywood en el número tres de la calle Santander, al no contar supuestamente con las debidas autorizaciones, la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico acordó por unanimidad el pasado 25 de abril "informar desfavorablemente sobre el proyecto de adaptación, instalación y apertura del establecimiento por considerar que incide negativamente en la imagen urbana del BIC Casa de la Moneda".

Y es que tras una visita al local, habría quedado de relieve que las obras habían comenzado, comprobando los técnicos que el diseño elegido "opta por ocultar los restos materiales de la muralla, antes visibles", "el rótulo previsto rompe la composición volumétrica, pues sobre la carpintería se ubicará una franja de chapa de 70 centímetros de altura a lo largo del local", y "en cualquier caso la propuesta resultante rompe el equilibrio compositivo del edificio y contribuye a la degradación del ambiente urbano de este sector BIC".

Los técnicos consideraron además "inadecuado el logotipo luminoso previsto en ambas fachadas, siendo suficiente el rótulo lineal del hueco para la identificación del local", toda vez que el proyecto incluía "una línea de fuga roja no admisible por su color y su posición", entre diferentes aspectos censurados por los expertos.

Dado el caso, los miembros de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico solicitaron a la Delegación Territorial de la Consejería de Cultura la "paralización" de las obras y "la apertura de diligencias informativas" sobre el posible "grado de afección" a la antigua muralla almohade comprendido en este entorno declarado bien de interés cultural, extremo asumido por la Delegación Territorial.