El Ayuntamiento tiene ya completamente descartada la posibilidad de expropiar una línea de fachada completa de inmuebles de la Avenida de la Constitución con la finalidad de poder instalar el cableado necesario para el Metrocento y poder así desmontar de este tramo del recorrido los polémicos postes de forma definitiva. El Consistorio asegura que sigue trabajando para cumplir la promesa del alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, de retirar los postes del entorno de la Catedral y que, efectivamente, había barajado en los últimos meses la posibilidad de aplicar una solución similar a la practicada con éxito con el tranvía de Bilbao.

Resuelta la base legal que hubiera permitido practicar dichas expropiaciones de fachadas, el Ayuntamiento ha preferido finalmente seguir trabajando en otras soluciones, que se reducen ya sólo a dos. Una de ellas sería soterrar la instalación, al estilo de las catenarias subterraneas de Burdeos. Y la otra es la de adquirir unas baterías que sirvan para generar la energía necesaria para asegurar la propulsión de los vagones. Fuentes consultadas al respecto apuntan a que la solución finalmente escogida dependerá de cuál sea la fórmula que asegure el éxito y que, al menos parcialmente, consiga enterrar una polémica que ha provocado que hasta asociaciones conservacionistas anunciaran la interposición de denuncias judiciales por la contaminación paisajística de un edificio como la Catedral, altamente protegido por la normativa urbanística y por la calificación de la Unesco.

Por mucho que el actual equipo de gobierno trata de convencer a la ciudadanía de que el tranvía será verdaderamente útil cuando exista la primera línea del Metro, no pocas voces son las que consideran que el Metrocentro ha salido demasiado caro para cubrir un trayecto perfectamente realizable a pie. Un debate aparte es el de la ampliación de la propia línea del tranvía hasta la estación ferroviaria de Santa Justa.