La Policía Nacional ha detenido este jueves a un hermano del Pollino en el marco de una operación antidroga desarrollada en la barriada de Cerro Blanco, en Dos Hermanas. Es el mismo sitio en el que fueron asesinados en septiembre de 2017 el narcotraficante turco Gilmaz Yiraz, su esposa embarazada Sandra Capitán Capitán y la hija de ésta, de sólo seis años, Lucía Begines Capitán.

La detención se produce un par de días después de que concluyera el juicio por este triple crimen, celebrado en la Audiencia Provincial de Sevilla y en el que Ricardo García Hernández, el Pollino, es el principal acusado. Junto a él se han sentado en el banquillo su padre, Ricardo García Gutiérrez, el Cabo, y su esposa, Elisa Fernández Heredia.

En la operación, denominada Marbella, han sido detenidas en total 20 personas. A todos ellos se les considera miembros de una organización criminal dedicada al tráfico de heroína y cocaína, que la Policía da por desarticulada, según un comunicado emitido este jueves por la Jefatura Superior. Durante la redada se han efectuado cuatro registros domiciliarios, en los que se han intervenido droga y casi 8.000 euros en efectivo.  

Esta operación se ha desarrollado en dos fases. La primera fue el pasado 4 de junio, donde fueron detenidas 19 personas con edades comprendidas entre los 20 y los 59 años de edad. Quedaba por detener el hermano del Pollino, considerado el cabecilla del grupo, que ha sido arrestado en la mañana de este jueves. La organización queda así desarticulada por completo. 

La investigación arrancó después de que la Policía Nacional recibiera varias informaciones de vecinos de la barriada de la Costa del Sol de Dos Hermanas, que habían observado un trasiego de personas y vehículos que podía indicar la existencia de un punto de venta de drogas. 

Los agentes localizaron un domicilio que el grupo tenía con una doble función. Por un lado funcionaba al menudeo como fumadero, es decir, era un sitio al que iban los toxicómanos de Dos Hermanas a consumir drogas y así no tenían que hacerlo en la calle a la vista de cualquier persona. Y por otro lado era un lugar al que acudían otros traficantes a media escala para abastecerse de estupefacientes, que luego revendían en otros puntos. 

Uno de los hilos del caso llevó a los policías hasta el barrio de Cerro Blanco, epicentro del tráfico de heroína en la provincia de Sevilla y escenario de uno de los mayores crímenes que se recuerdan en la historia negra de la misma. La organización disponía aquí de una vivienda utilizada como guardería de la droga, que a primera hora de la mañana surtía al piso que se utilizaba como punto de venta. Al final del día recibía la mercancía sobrante. Estas operaciones se hacían siempre bajo las órdenes del máximo responsable del grupo, que indicaba cuándo había que trasladar la droga y dónde y cuándo recogerla. 

El hermano del Pollino y sus secuaces utilizaban extremas medidas de seguridad para no ser descubiertos, según indica la Policía. Alternaban los puntos de venta en diferentes viviendas, y lo mismo hacían con los pisos en los que guardaban la mercancía. Todos estos narcopisos estaban blindados con puertas de seguridad, barras y crucetas interiores para dificultar la apertura de las mismas.

Incluso tenían un sistema electrónico para avisar de la presencia de la Policía (lo que se conoce en el argot como 'dar el agua'). Lo que hacían era activar un sistema de alarma con un mando que tenía en su poder el aguaor, es decir la persona que vigilaba la calle. Cuando pulsaba el botón del mando, sonaba una alarma dentro del narcopiso.

Con la detención del líder del grupo se da por desarticulada esta organización criminal. Por el momento, el hermano del Pollino permanece en las dependencias policiales a la espera de pasar a disposición judicial. Después de la primera fase de la operación fue enviado a prisión provisional otro de los hombres fuertes del grupo.