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Restauración y turismo

La Escuela de Hostelería de Sevilla, entre las cinco mejores de Europa

Iñaki Echeveste, director de la Escuela de Hostelería de Sevilla, en sus instalaciones.

Iñaki Echeveste, director de la Escuela de Hostelería de Sevilla, en sus instalaciones. / D.S.

La Escuela Superior de Hostelería de Sevilla está de enhorabuena. Justo a los tres días de la ceremonia de graduación de los alumnos del curso 2021-22, le comunicaron a su director, Iñaki Echeveste, que son candidatos a ganar los World Culinary Awards, los premios más importantes a nivel internacional en gastronomía, hostelería y turismo, en el apartado de Europe’s Best Culinary Training Institution 2022. La ESHS pugnará por llevarse el prestigioso galardón junto con otros cuatro canditatos: Apicius International School of Hospitality de Italia, BHMS (Business & Hotel Management School de Suiza), Culinary Arts Academy Switzerland (Suiza) y la francesa Le Cordon Bleu París.

La academia sevillana ha pasado los sucesivos cortes. Directores de recursos humanos, cadenas hoteleras nacionales e internacionales y profesionales del sector han evaluado a las aspirantes, y tras la elección de los cinco aspirantes a llevarse el premio, se abre una fase de votación de dos meses. Puede votar todo el mundo en https://worldculinaryawards.com/award/europe-best-culinary-training-institution/2022

Iñaki Echeveste, como director de la ESHS, se congratula del gran momento que disfruta la escuela. “Llevar la bandera de Sevilla, Andalucía y España por todo el mundo es importantísimo. Aspiran cinco europeos, pero no hay otros apartados para americanos o asiáticos. Ahora, que la gente vote en el enlace habilitado para ello. Este reconocimiento se ha visto acompañado por la entrega de la Medalla de la Ciudad de Sevilla, que para nosotros ha sido un momento superemotivo y un punto de inflexión en cuanto al apoyo de la ciudad”.

Alumnos de la ESHS en pleno emplatado. Alumnos de la ESHS en pleno emplatado.

Alumnos de la ESHS en pleno emplatado. / José Ángel García

La ESHS abrió en Sevilla en 1993 de la mano de Luis de Lezama para darle un espaldarazo formativo y una mayor profesionalización al sector de la restauración y el turismo en la ciudad. “El movimiento ESHS está presente hoy en 22 países y por él han pasado 35.000 alumnos desde el 93. Eso es poner en el mapa a Sevilla como un destino de liderazgo a nivel mundial. El alcalde, Antonio Muñoz, llamó a don Luis (de Lezama) y para nosotros gozar del apoyo institucional es importantísimo. Siempre hemos tenido muy buen entendimiento con él, que es alguien muy ligado a nuestro sector y que tiene una especial sensibilidad por ello”.

Ha sido un modo inmejorable de rematar un curso único, difícil, después de dos años marcados por la pandemia. “Para nosotros es muy importante definirnos correctamente. Nos definimos como una escuela de management y de gestión en el sector de la gastronomía, la hotelería y el turismo, con la misión de formar a los profesionales y los líderes que deben ser referentes en el sector”.

Iñaki Echeveste recurre a las cifras para ilustrar el calado de lo que estamos hablando. “Hay un informe de la consultora KPMG que revela que la gastronomía, entendida en un sentido amplio, en el que incluye turismo, hostelería, la distribución y la industria agroalimentaria –en la que Andalucía es la mayor potencia nacional–, representa 388.000 millones de euros de producción, lo que equivale al 33% del PIB español, y afecta a 3,73 millones de trabajadores. Luego es un asunto de importancia nacional dar una buena formación y que seamos capaces de graduar a buenos profesionales para un sector donde la demanda y la competencia son cada vez mayores. Y no es lo mismo enfocarte hacia un turismo medio-bajo que, ahora, hacerlo a un turismo y un cliente que espera un servicio de lujo, que necesita una exquisitez profesional y un entendimiento de cuáles son sus expectativas”.

Recuerda el director que en el Jardín de las Cigarreras va a desembarcar la cadena Mandarin, “que es una de las dos o tres a nivel mundial, lo que significa que el profesional de Sevilla también tiene que dar un paso adelante”.

“Los 500 alumnos que cada curso se forman aquí también deben asimilar la cuestión cultural. La técnica, la operativa y el liderazgo los van a aprender, pero tienen que tener la capacidad de desayunar con un cliente estadounidense, de almorzar con uno francés y cenar con otro japonés. Las marcas y las compañías de cualquiera de nuestros subsectores cada vez son más conscientes de que el valor añadido de esos productos está en distinguirse por el servicio al cliente. Es fundamental”.

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