Juan Ignacio Zoido. Ex alcalde y portavoz del PP en el Ayuntamiento de Sevilla

"Espadas está en sus días de foto, ya irá viendo la crudeza de gobernar"

  • Cuarenta días después de las elecciones, ha comenzado a ejercer la oposición tendiendo la mano al alcalde, dice que con sinceridad y porque sabe cómo hacer que Sevilla despegue

Viernes al mediodía. Juan Ignacio Zoido apura la semana, la primera desde que dejó de ser alcalde en la que ha participado en actos públicos, ya como líder de la oposición. El ex alcalde ha pasado una particular cuarentena desde las pasadas elecciones municipales, que ganó por 3.000 votos, un margen insuficiente para que pudiera revalidar su cargo. Sentado en la terraza con vistas del hotel Ribera de Triana, en la otra orilla, dice que ha leído bien los resultados y que no sólo sabe lo que necesita Sevilla, también lo que debe cambiar para poder volver a ser alcalde. No oculta este deseo. Tampoco el brillo en sus ojos cuando habla de su futuro y el de la ciudad.

-¿Le siguen llamando alcalde por la calle?

-Hay mucha gente que me lo dice, al igual que le pasará a otros que han sido alcaldes. Yo sigo encontrando muchas muestras de cariño porque creo sinceramente que el proyecto que teníamos, y que seguimos teniendo, no sólo no está agotado, sino que está recobrando día por día actualidad.

-¿Y qué le dicen?

-Me dan mucho apoyo y cariño. Ayer estuve en dos actos y hoy he celebrado una boda que me habían solicitado. Me dan palabras de ánimo y me dicen que siga, que no es el momento de tirar la toalla, sino de culminar lo que empecé en Sevilla.

-¿Cómo se explica la pérdida de apoyos que tuvo en las urnas? Usted se mostraba muy seguro de que obtendría la mayoría suficiente para gobernar.

-Tenía datos y encuestas que decían que la gente estaba contenta con el funcionamiento general de la ciudad. Reconocían la labor que se había hecho en parques y jardines, el embellecimiento de la ciudad, el funcionamiento de las empresas públicas, tanto de Lipasam como de Tussam, y en Emasesa, con la coordinación de las obras. El orden en la ciudad se estaba manteniendo bien. Incluso, ahora que no se valora bien a los políticos, yo siempre aprobaba, y con los atributos de ser una persona honrada y trabajadora. He leído los resultados y es verdad que habrá que cambiar las cosas, sobre todo, buscar una mayor participación y abrir aún más el gobierno de la ciudad hacia la gente joven y a todo aquel que quiera participar e ir de su mano.

-¿No cree que su proyecto ha quedado algo desautorizado?

-En líneas generales, no. Si miramos los resultados globales que se han producido en todas las ciudades, creo que los de aquí me avalan porque he ganado otra vez y hemos mejorado los resultados obtenidos en las autonómicas celebradas dos meses antes. Nuestro proyecto está en valor todavía. Paramos, saneamos y empezamos a desarrollar proyectos. Ahora paso y veo muchos sitios que están vallados porque hay obras ya empezadas. Lo que queda es rematarlas.

-No es la primera vez que usted gana unas elecciones y no logra gobernar. Pero su actitud a la hora de ejercer la oposición está siendo ahora muy distinta.

-En la vida uno hace el esfuerzo, planifica, se sacrifica y trabaja y los resultados no siempre son los mismos, intervienen circunstancias ajenas. Me ocurrió en 2007 y ahora. Curiosamente en ambos casos ha coincidido con la romería del Rocío, que algo tuvo que ver. Aunque aprovecho para dar las gracias a todos los rocieros que, sorteando los obstáculos que supone votar por correo, lo hicieron.

-Pero algo más habrá en esa pérdida importante de votos.

-Ha sido un estado general. Pero la verdad es que nos hemos quedado en la oposición. Estoy convencido de que después de ganar unas elecciones uno no puede salir corriendo, uno tiene que quedarse. Lo hicimos en 2007 y lo haremos ahora. Vengo de la zona de San Jerónimo, ya estuve en Palmete y seguiré estando en los barrios.

-¿Usted sabe lo que quieren en ellos?

-Ahora tenemos más experiencia, por haber estado en el gobierno. Sabemos muy bien qué es lo que necesita esta ciudad. Ya dije que Sevilla estaba preparada para el despegue y lo que tenemos que hacer desde la oposición es vigilar que ese despegue se produzca.

-Son 12 concejales del PP, aunque no todos están liberados. ¿Va a hacer una oposición distinta a la que hizo en 2007?

-Vamos a ayudar al gobierno de la ciudad a que saque adelante todos los proyectos que signifiquen oportunidades para nuevas inversiones en Sevilla y creación de empleo en nuestra ciudad. Ahí vamos a estar y nos da igual que estemos apoyando a un gobierno socialista, porque lo importante es Sevilla, las oportunidades y el empleo. Y, por tanto, eso lo dije en la anterior ocasión y lo vuelvo a repetir ahora. Creo que la austeridad se debe mantener, la profesionalización de las empresas, para que no vuelvan a perder dinero. Y hay que seguir fortaleciendo la transparencia, que es el mejor ejemplo de que las cosas se hacen bien. Oposición férrea, pero también ofreciendo propuestas.

-¿El hecho de que sólo cinco concejales de su grupo estén liberados dificultará esa labor?

-Afortunadamente tenemos un equipo que ha sabido estar a la altura de la circunstancias. Mi equipo de gobierno ha sido un lujo y se ha quedado conmigo para seguir trabajando conmigo. Eso demuestra que su compromiso es con la ciudad. Si hay alguien que piensa que porque van a estar en sus trabajos eso les va a restar para hacer una oposición eficaz se equivocan.

-Todos no se han quedado, Asunción Fley, clave en su equipo decidió abandonar.

-Por incompatibilidad, por no poder ser funcionaria y concejal en la misma Administración. Cada vez que la necesitemos, salvaguardando sus obligaciones, nos echará una mano.

-¿Le gusta a usted la pluralidad que hay ahora en el Ayuntamiento de Sevilla?

-Lo que me preocupa es la falta de propuestas y de programas. Y que no tengamos claro cuáles han sido los pactos sobre los que se ha sustentado el gobierno con un partido que no ha ganado las elecciones. Me preocupa que no tengamos claro a qué se han comprometido y en qué plazo se han comprometido a desarrollarlo.

-¿Qué teme? Sea más claro.

-Que haya un pacto oculto. Los pactos ocultos que llevaron a cabo Monteseirín y Torrijos perjudicaron una barbaridad a Sevilla. Doce años en los que Monteseirín nunca tuvo mayoría para gobernar solo y en años de bonanza económica que aprovecharon otras ciudades para transformarse.

-¿Cree que Sevilla no se transformó en esos años?

-Aquí se hicieron algunos proyectos aislados, sin un modelo de ciudad, como las setas, que al final las han terminado de pagar los sevillanos. Los pactos ocultos frenan el desarrollo y pueden ahuyentar la inversión y generar desconfianza. Y eso es lo que yo quiero que se despeje. Quiero que haya luz y taquígrafos, lo demás no me importa.

-Tras las elecciones, usted hizo un ofrecimiento de diálogo a todas las fuerzas. ¿No fueron receptivas?

-Venían diciendo que querían un cambio. Y yo les decía que el cambio se produjo ya en 2011. Decían que había que bajar los sueldos y los sueldos ya se habían bajado. La prueba es que ahora no se ha bajado ninguno.

-Los de los gerentes de las empresas sí.

-Sí, pues a ver qué gerentes van a poner. En las empresas públicas hay que poner a buenos profesionales, a ver si al final van poner políticos, que vienen a otro precio, y los resultados luego no van a ser buenos. Los nuevos grupos pedían reducción de los coches, de los cargos de confianza, de las dietas... Todo eso ya lo hizo el PP en 2011 y los cargos que ahora se han reducido es por la aplicación de la Ley de Racionalización. Esas medidas de regeneración democrática que pedían ya se estaban aplicando. Ellos tenían una obsesión, que era echar al PP, como se ha visto en tantos sitios.

-¿Con el PSOE tampoco fue posible un acercamiento?

-El PSOE ni siquiera se llegó a reunir con nosotros. El señor Espadas, que perdió por segunda vez las elecciones, salió diciendo desde el primer día que había ganado. No sé qué cuenta numérica hacía, pero la verdad es que sigue anclado en aquellos resultados pésimos que sacó el PSOE en su peor etapa. No había posibilidad de pacto con Espadas porque era mucho más su deseo personal de salvar su trayectoria política siendo alcalde, porque si no, no sé qué es lo que hubiera tenido por delante. Ahora, él no sabe lo que es ganar unas elecciones y ser alcalde. Él ha sido alcalde perdiendo dos elecciones y eso el tiempo se lo dirá.

-¿Cree que hay un frente de izquierdas dispuesto a arrinconar al PP?

-Está claro, aquí y en el resto de localidades. Y en estos momentos, eso no es un principio que pueda aportar mucho a la sociedad, no son momentos para radicalizarse, sino de saber converger en aquello que necesita la ciudad. Me hablan de primar los servicios sociales, a mí que he dedicado 7 millones cada año a ello... Hay ese principio general de hay que echar a la derecha.

-De cualquier forma el relevo está siendo ejemplar. ¿Cómo es su relación con el alcalde?

-Una relación educada y de respeto. Fueron dos principios que me enseñaron desde niño, que me han acompañado durante toda mi vida y que procuro trasladar a mis hijos. A Espadas le dije que iba a servir a Sevilla desde el lugar que nos correspondiera y así lo vamos a hacer todo el grupo. En privado le he trasladado lo mismo. Estamos aquí para sacar adelante los proyectos de Sevilla. Es la oposición que hay que hacer. Yo cada vez pienso más en mis hijos, y en mi nieta ahora, y creo que si cada uno pensamos en lo mejor para los que vienen detrás de nosotros, estamos acertando. Sigo pensando que hay que dejar un poco al lado la ideología y saber gestionar ya tender a quien más lo necesita.

-¿Le ha llamado el alcalde ya como líder de la oposición para ver algún tema? Fuera de los formalismos y el relevo.

-Me ha llamado pero no para proyectos fundamentales. El está todavía en estos días de foto, lo hace él y lo hace todo el mundo, ya se irán viendo las consecuencias a lo largo de los días. La memoria no debe ser débil. Hay cosas que se prometen y que luego cuestan trabajo hacerlas. Y yo lo que le digo es que tenga suerte porque si a él le van bien las cosas, le irán bien a Sevilla y a los sevillanos. Sí le pido que vaya concretando temas, además de las fotos.

-Por ejemplo.

-No podemos perder tiempo en la zona franca. Y hoy le he pedido que se ponga ya con los fondos europeos. En septiembre se abre la convocatoria para que los ayuntamientos puedan solicitar por primera vez en solitario esos fondos y existen proyectos que ya hemos trabajado. Antes de pedir los fondos hay que abrir un proceso de participación ciudadana y con los agentes sociales. Eso urge. Tenemos proyectos para regenerar la zona norte de la ciudad, 415 hectáreas.

-Quizás él quiera hacer sus propios proyectos.

-Esto ya está preparado. Pero tiene que decidirse ya.

-¿Le parecen acertadas las medidas que está tomando?

-Mi experiencia de cuatro años de alcalde me dice que éstos son momentos para tomar contacto y ya irá viendo la crudeza y dificultad de gobernar. Pero las primeras medidas que ha ido anunciando, algunas de ellas, se ha visto al día siguiente que son imposibles. Esta semana se reunió con la comisionada del Polígono Sur y habla de incumplimientos de Zoido en la zona, cuando resulta que ni los gobiernos de Monteseirín y Torrijos pusieron ni un solo euro en el Plan Urban. Sólo hubo dinero del Plan 5.000, del 8.000 y del Proteja. Se hicieron inversiones mal hechas que hemos tenido que corregir, pero mi gobierno invirtió en calles, en la recogida soterrada de residuos, la factoría cultural ya es un hecho, el centro de mayores... Pero también hemos sido capaces de desbloquear temas enquistados, como la comisaría de Policía, se está buscando todavía sitio para ella pero hemos aportado todas las soluciones. Y hemos establecido proyectos sociales nuevos, desde caterings sociales a planes para niños... Y firmamos acuerdo para que en esas obras adjudicadas se contrataran a parados de la zona. Pero qué memoria tiene Espadas...

-¿Cree usted que hablar de herencia es un desacierto?


-Él no es nuevo. Cuando fue consejero llegó a renunciar a las licencias que tenía pedidas la Junta para rehabilitar los edificios de su competencia. Tiene que tener la prudencia de no faltar al respeto a las obras que hemos venido haciendo. ¿Qué hizo él como consejero por el Polígono Sur? El tiempo le hará ser más prudente. Y lo único que pido es que tire de hemeroteca y vea su capacidad de gestión.

 

-¿Teme que se abandonen algunos proyectos iniciados?


-Hemos sido muy sensatos y creo que no debe abandonar nada. Entiendo que él quiera volver a sentarse con Altadis, por ejemplo. Ahora se trata de cambiar los usos del suelo y luego tendrá que definirse el proyecto. Pero que no venga con afán revisionista y de paralizarlo todo. No podemos perder tiempo. A mí no se me cayeron los anillos y fui a la Unesco para defender el patrimonio amenazado por la Torre Pelli. Y ahí estuvimos para darle solución a las setas. Que ponga en peligro Sevilla Park me parece peligrosísimo. Y que no sea claro a la hora de decir que, respetando todos los condicionantes ambientales, hay que luchar por el dragado. Menos revisión y más reflexión.

 

-¿Se puede encontrar Espadas algo en los cajones?


-Puede encontrar temas que no están zanjados, que vienen de aquella época en que gobernaron ellos. Mercasevilla. Sus problemas son penales, laborales, la Junta sigue sin quererse hacer responsable del ERE de 2007... no todo está resuelto. Es más, cuando el señor Espadas vaya a Urbanismo a buscar el dinero de los convenios urbanísticos que firmó el señor Monteseirín no lo encontrará, como no lo encontré yo. El dinero se lo gastaron en otras cosas. 

 

-¿Algo más?


-Los litigios derivados del convenio que firmaron pocos días antes de las elecciones de 2011 con Sacyr. Hay cosas que ya nosotros heredamos y siguen pendientes de la Justicia.

 

-¿Cuál es la mejor herencia que usted ha dejado?


-Las cuentas saneadas. No se va a llevar ningún sobresalto. Y estaremos aquí para aclarar lo que sea necesario. Pero no debería olvidar que hay que seguir impulsando la eficacia en la gestión. Hay que pagar en los plazos previstos, porque si no se mantiene la celeridad en el pago de las facturas es probable que salgamos de la estabilidad presupuestaria y, si eso ocurre, hay otro tipo de problema.

 

-Usted ha mantenido que una Junta de Andalucía del mismo color haría más fáciles las cosas. Ahora esa coincidencia se da. 


-Yo espero que la Junta colabore ahora. Pero hoy me decían que la deuda que tiene contraída con el Ayuntamiento supera ya los 40 millones de euros. Le pido al  señor Espadas que no pierda la oportunidad de ser reivindicativo, que eso es lo que le va a permitir tener credibilidad. Esta semana se le olvidó decir que hay seis escuelas taller en el Polígono Sur que la Junta tiene pendiente de poner en funcionamiento. Que se lo pida este lunes a Susana  Díaz.

 

-¿Va a ser también reivindicativo?


-Lo he sido siempre. Mantuve, a pesar de que había en el PP responsables políticos de otras ciudades que no les gustaba que viniera aquí la zona franca, esa petición y conseguí que estuviera aquí. Cuando defiendo a Sevilla me da igual el color político de la persona a quien me tenga que dirigir. También escribí una carta de protesta al ministro Wert. Uno no tiene que ser sumiso. 

 

-Seguro que se le quedaron ideas en el tintero. ¿Las ofrecerá ahora al nuevo gobierno?


-Muchos. Hay proyectos que están muy avanzados, como la escuela de golf de Los Bermejales, que fue muy mejorado. Habría que seguir con las obras de Los Pajaritos, que hemos iniciado nosotros y demostrado que se podía hacer. Ahora debe hacerse la previsión presupuestaria necesaria para que eso no se pare. Y seguir con las políticas de turismo y cultura, con Murillo 2017. Sin complejos.

 

-Llegó en 2011 con el propósito de servir a Sevilla y con ese mismo se queda ahora en la oposición, dice que hasta que sea útil. ¿Cree que va a dejar de serlo en algún momento del mandato?


-Por mi formación, la que me dieron mis padres, y por ejercer como hermano y padre, al quedarme huérfano, sé lo que es la responsabilidad desde muy pequeño. La misma con la que ejercí de juez desde los 25 años. Nadie me tiene que explicar cuándo uno es útil y cuándo uno se tiene que ir. Si en algún momento no me siento útil, no perderé un solo minuto, porque no tengo esa necesidad de agarrarme a un sillón. Soy magistrado y me vuelvo a la Audiencia y no pasa absolutamente nada. Pero en estos momentos difíciles, con un gobierno en minoría, lo serio y responsable y lo comprometido es quedarse, dar la cara y no salir corriendo.

 

-Ahora que ve las cosas con más distancia, ¿se arrepiente de algo?


-Siempre se arrepiente uno de cosas. Pero no son cosas trascendentales. De lo que no me arrepiento es del tiempo que he dedicado y la ilusión que ha puesto. Y volví a ganar las elecciones. Uno ha pensado mucho, antes, durante y ahora y lo que hay que hacer es adaptarse y emplear la inteligencia y la humildad para saber corregir cosas.

 

-¿Le gustaría volver a ser alcalde?


-Sí (rotundo y luego un silencio). Pero con  la misma ilusión voy a estar en la oposición. Le tendí la mano a Monteseirín y no la aceptó. Espero que el señor Espadas, si en algún momento se siente encorsetado, sí lo haga. 

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