DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

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La Eurocopa despierta la sed

  • Emasesa registra en la hora previa al inicio de la gran final un récord de consumo de agua en una tarde de domingo

Emasesa ha hecho el balance de su particular share con motivo de la final de la Eurocopa disputada el pasado domingo. Una situación inédita en 24 años se ha convertido en una buena oportunidad para evaluar hasta qué punto los ciudadanos modifican sus hábitos ciudadanos. Ocurre con las carreteras en fechas clave del verano o en puentes festivos. También con los teléfonos en fin de año. Y en esta ocasión ha sucedido con el agua. La final disputada entre España y Alemania ha revelado que la población de los once municipios abastecidos por la empresa metropolitana de aguas disparó el consumo en determinadas franjas horarias muy por encima de los índices acostumbrados en comparación con un domingo de verano sin retransmisiones deportivas de semejante calibre. Una hora antes del comienzo del partido (20:45) se alcanzó una cota de consumo superior a los 4.300 litros por segundo, cuando lo habitual es que en esa franja horaria de la tarde de un domingo del mismo mes se registre un consumo que no llega a los 3.000 litros, como así ocurrió el día uno. La diferencia de casi 1.500 litros por segundo es calificada de "anormal" por los técnicos de la compañía.

Emasesa dispone de hasta diez mil señales de seguimiento para evaluar continuamente y en tiempo real la respuesta del sistema de abastecimiento ante este tipo de cambios bruscos. El ascenso a una cota de consumo de esa envergadura -absolutamente inhabitual en esa franja horaria- es la propia de los casos en que hay una avería por fuga de caracter grave en algún punto de la red, según explican los mismos técnicos. En esta ocasión no se trababa de ninguna anomalía en el sistema, sino de un claro ejemplo de modificación colectiva de los hábitos motivado por un acontecimiento inusual que ha servido en la práctica para poner a prueba la capacidad de respuesta de la red de abastecimiento.

El análisis de los datos pone de manifiesto una bajada paulatina del consumo según se acerca el arranque del partido, hasta tal punto que el contador se queda en los 2.700 litros por segundo con la final de la Eurocopa ya iniciada (21:25).

En el descanso del encuentro (21:30) se vuelve a experimentar una subida muy pronunciada que roza los 4.000 litros por segundo. Y, de forma más que reveladora, el consumo más bajo de toda la jornada se registra al final del partido con motivo de la entrega del trofeo en torno a las 23:00 horas con un índice de consumo por debajo de los 2.700 litros por segundo, cuando en esa misma franja horaria del primero de junio -también domingo- era de casi 3.500.

Los técnicos de Emasesa también hicieron un seguimiento especial de los hábitos ciudadanos durante la retransmisión de los cuartos de final, disputados también un domingo, el 22 de junio. De este análisis llaman la atención dos datos: la subida brusca al finalizar la primera parte, cuando se pasa en poco tiempo de un consumo por debajo de los 3.500 litros por segundo a uno de 4.500, y el descenso repentino al inicio de la decisiva tanda de penaltis, de 3.300 a 2.800 en una franja horaria reducidísima.

Los técnicos corroboran con estos análisis que determinados acontecimientos extraordinarios convierten una jornada festiva en laborable a los efectos de los índices de consumo, pero lo hace en franjas horarias muy reducidas y específicas, lo que produce unos cambios bruscos que guardan mucha similitud con los que se suelen registrar en casos de roturas importantes en la red de abastecimiento.

El récord registrado en la tarde dominical en que se disputó la final de la Eurocopa tiene más valor si se tiene en cuenta que junio está considerado tradicionalmente como un mes de alto consumo por dos factores básicos: la población no ha comenzado aún el éxodo playero y es cuando se produce el llenado de las piscinas. Y hay un tercer factor que también contribuye a valorar especialmente el récord: "La segunda quincena de junio ha sido calurosa en comparación con la primera y en contraste también con uno de los mayos con menos calor que se recuerdan". Es decir, todo podía hacer pensar, en principio, que el partido de fútbol no tendría que haber disparado el consumo por encima de los índices habituales.

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