El Hospital de Valme ha duplicado la detección del cáncer de tiroides en los últimos ocho años gracias a la optimización de su capacidad diagnóstica, con técnicas cada vez más precisas y punteras, y a su alto nivel resolutivo y de calidad asistencia en la patología nodular tiroideal, sobre todo, desde la creación en 2018 de una consulta monográfica asistida por especialistas con gran experiencia en el abordaje de esta enfermedad.

Los números avalan ese avance. Mientras en el binomio 2012-2014 se diagnosticaron 81 cánceres de tiroides en el centro, apenas dos años después ese número se incrementó hasta los 139, llegando a los 196 diagnósticos entre 2018 y 2020.

El cáncer de tiroides es la neoplasia más frecuente del sistema endocrino que se detecta tras un crecimiento anormal de las células de los nódulos tiroideos, formando un tumor dentro de la glándula tiroides. Aunque la mayoría son lesiones benignas, se estima que entre el 5 y un 10% de los casos pueden tener naturaleza maligna. Su prevalencia aumenta linealmente con la edad. 

El incremento significativo y progresivo de detecciones ha sido motivo de estudio por parte del Servicio de Endocrinología y Nutrión Clínica, donde un grupo de especialistas han analizado la incidencia y características histológicas y pronósticas de este tipo de tumores diagnosticados en el Área Sanitaria Sur de Sevilla desde 2012 hasta el 2020, cuyos hallazgos se han comunicado en el reciente congreso nacional de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición.

Sus autores concluyen que el incremento tan marcado en los casos detectados se justifica "en gran medida" por la ampliación de la capacidad diagnóstica mediante la puesta marcha en la última década "de diversos cambios en los circuitos diagnóstico-terapéuticos en el manejo del nódulo tiroideo" en esta área sanitaria. Como prueba de esa eficiencia, los profesionales señalan como en 2012 se diagnosticaron 28 casos para lo que fueron necesarias 405 punciones de tiroides, mientras que en 2020 el número de detecciones fue de 64, siendo necesarias menos punciones (353).

El radiólogoIgnacio Garrido realizando una ecografía tiroidea acompañado del endocrinólogo Guillerno Martínez de Pinillos.

En este modelo organizativo de éxito confluyen varias líneas de actuación innovadoras, según destacan sus propios profesionales. El coordinador de esta dolencia en el servicio de Endocrinología, Guillermo Martínez de Pinillos, apunta así que "los primeros cambios significativos" en el manejo tradicional del nódulo tiroideo en el centro se remontan una década atrás, "paralelamente tanto en el ámbito de los estudios citológicos como en el de la ecografía".

La última actuación y de mayor impacto a nivel organizativo en el servicio se produjo en 2018 con la creación de una consulta monográfica de acto único para la patología nodular tiroidea cuya actividad alcanzó el año pasado el máximo de derivaciones para nuevo estudio, con 221 casos, y en la que se realizaron el 34,2% de las punciones tiroideas generadas.

Esta consulta surgió para optimizar la respuesta asistencial, reduciendo el volumen de derivaciones del paciente, y forma parte de un dispositivo de alta resolución a cargo de especialistas en Endocrinología formados y con experiencia en ecografía tiroidea y punciones ecoguiadas, dotados de un ecógrafo con imágenes de alta resolución. Su puesta en marcha permite ofrecer una atención integral en acto único en la que se engloban tanto datos clínicos como analíticos y ecográficos. En los casos indicados, se realiza también la punción del nódulo tiroideo en el mismo acto a cargo del endocrinólogo, permitiendo acordar una segunda cita de recogida de resultados pocos días después. "Este ágil manejo de la patología", destacan desde el centro, "ha repercutido en una gestión más eficiente de los recursos y en un alto grado de satisfacción de los pacientes, que ven reducidos no sólo el número de citas necesarias, sino también los tiempos de espera diagnósticos", con una demora media de 16 días para primera consulta.

Otro aspecto relevante es el funcionamiento del Subcomité de Tumores Endocrinos desde el año 2017. Integrado por las cinco especialidades médicas implicadas en el abordaje del nódulo tiroideo y el cáncer de tiroides (Endocrinología, Radiología, Anatomía Patológica, Oncología y Cirugía Endocrina), se trata de un órgano interno del centro en el que se debate el abordaje diagnóstico y terapéutico de los casos clínicos de mayor complejidad, contribuyendo así a tomar decisiones de forma conjunta.

Por otro lado, en cuanto al abordaje clínico, el servicio de Anatomía Patológica implementó en 2012 la Clasificación de Bethesda, favoreciendo la sistematización e interpretación de los resultados de la citología tiroidea y mejorando la comunicación entre los endocrinólogos, radiólogos, cirujanos y patólogos, lo que permitió protocolizar las indicaciones quirúrgicas.

Igualmente, y de la mano del especialista Francisco Campoy, el modelo de tratamiento radiológico tradicional, vigente desde hacía décadas mediante el que se elegía para punción y citología aquellos nódulos de mayor tamaño, ha sido sustituido progresivamente por un abordaje más selectivo por el que se establece la preferencia en base a las características ecográficas del mismo, aumentando así su rendimiento diagnóstico.

Por su parte, la creciente especialización de los profesionales implicados en esta patología en los servicios de Endocrinología y Radiología también han permitido a lo largo de estos años la actualización de los protocolos del centro para incorporar las últimas recomendaciones basadas en las publicaciones científicas más relevantes en el campo. Esta dinámica de trabajo cooperativo se ha mantenido posteriormente con la incorporación por parte de Radiología del especialista Ignacio Garrido, experto en radiología intervencionista con alta experiencia y que ha contribuido a afianzar los logros adquiridos.