Sevilla

La negociación para evitar la huelga del Metro en Semana Santa sigue en punto muerto

  • Las posturas de ambas partes siguen distantes a dos días del Domingo de Ramos.

Viajeros en la estación Puerta de Jerez del Metro de Sevilla.

Viajeros en la estación Puerta de Jerez del Metro de Sevilla. / Jose Ángel García (Sevilla)

La reunión celebrada este jueves en el seno del Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía (Sercla) entre el comité de empresa y la dirección de la sociedad Metro de Sevilla, participada mayoritariamente por la corporación Globalvía y en un 11,76% por la Junta de Andalucía, por la huelga indefinida promovida por la plantilla a partir del 13 de abril, Sábado de Pasión, finalizó con la negociación "en punto muerto", según los líderes sindicales de los trabajadores.

Así lo aseguró a Europa Press Iván Román, uno de los miembros del comité de empresa, quien después de que ambas partes estuvieran reunidas en torno a cinco horas, dijo que no hay "nada" de acercamiento. Mientras el comité ha planteado la citada huelga indefinida en demanda de que el nuevo convenio colectivo incluya un alza salarial del 10%, este representante de la plantilla explicó que tras una parte inicial de la reunión en la que el comité y la dirección defendieron sus respectivas posturas, se produjo un receso y tras el mismo, la empresa no habría propuesto "nada" para desbloquear la situación. "Punto muerto", aseveró. La negociación continuó por la tarde, sin que a la hora de cierre de esta edición hubiera trascendido si hubo algún acercamiento de las posturas.

Respecto a los servicios mínimos dictados por la Consejería de Empleo, Empresa y Comercio de la Junta de Andalucía, que en el caso de los días de Semana Santa obligan a un funcionamiento del 60% del servicio de trenes desde el inicio de las jornadas hasta las 12:00 horas, y el 70% de trenes desde las 12:00 hasta el cierre del servicio, el presidente del comité de empresa del metro, Juan Lorenzo Vázquez (Sindicato Independiente de Trabajadores del Transporte, SITT), opinó que supone en buena medida un "intento de dilapidar el derecho a la huelga". La representación de la plantilla pedía en el caso de los días ordinarios un funcionamiento obligatorio de sólo el 30% de los trenes.

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