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Sevilla

Maneras de perder el tranvía

  • El recorrido y la forma de pago, los temas por los que más pregunta el usuario del Metrocentro, que ha incorporado a su servicio a cinco conductoras de Tussam

Cinco conductoras de los autobuses urbanos se han incorporado a la plantilla de agentes tranviarios, un sinónimo de maquinista que con ese matiz evita la confusión con el ferrocarril. "Esto es muy difícil, es como ser ferroviario", admite Concepción, una de las nuevas amazonas del último grito de los transportes urbanos. Ayer eran mayoría en la plantilla de los que cubrían el servicio. "Aquí todo es milimétrico. No es como los autobuses. En este tipo de transportes no hay maniobra de evasión. Todo va cronometrado. Yo dependo de todos mis compañeros y todos mis compañeros dependen de mí".

Del Prado a la Plaza Nueva. En el destino, una vez liberado de pasajeros, hace un breve desplazamiento desde la capilla de San Onofre hasta el hotel Inglaterra y el agente tranviario pasa de popa a proa, en la jerga de los barcos. Los pasajeros se bajan a babor y suben a estribor. Poco a poco se van familiarizando. A diferencia de las paradas de autobús, en el tranvía no hay colas, pero se siguen formando. Como en el tren de la bruja, los supervisores suben por sorpresa. Lo hacen en el Archivo de Indias y se bajan en el hotel Alfonso XIII. Revisan los billetes de distintas procedencias.

"Lo que más pregunta la gente es por la máquina y por el recorrido". José Luis Sánchez, natural de Osuna, lleva 17 años en Tussam y fue uno de los 452 trabajadores de la empresa que se presentó a las pruebas del tranvía. "Soy maquinista con acreditación europea". Acaba de terminar su jornada. Su esposa lo espera en el andén. "En la parada de Plaza Nueva pregunta más la gente de Sevilla. En el Prado, lo hacen los foráneos. Es una confluencia de gente de todos sitios, muchos procedentes de los pueblos, que han llegado en autobús y están un poco perdidos". Dice que en el tranvía no hay picaresca. "Hay estadísticas en Tussam y el porcentaje de colarse en los autobuses es bajísimo. En el tranvía, pasa lo mismo. Hay tanta fiabilidad de la gente que lo primero que hacen es poner el dinero en la máquina expendedora y siempre les tengo que explicar que el dinero es lo último que acepta".

Los supervisores entran y salen. No es una figura coactiva. "Al viajero que no lleva billete se le invita con mucha educación a que lo obtenga en la máquina expendedora", explica el maquinista. En estas sabatinas de tranvía abundan entre el pasaje los que acuden como invitados a las bodas civiles que se celebran en el Ayuntamiento.

Un gaitero interpreta las notas de Mendelson que el vulgo traduce libremente como ya se han casado. Se atreve con el himno de Andalucía. Juan José Aguilar, metalúrgico de 47 años, ha cogido el tranvía por primera vez con sus hijos Juan y Cristina. Salieron de Torreblanca y dejaron el coche en el Prado. Es el tío del novio. "La novia no sé cómo se llama". Un fotógrafo invita a unos recién casados a pasear de la mano por el andén del tranvía.

Sandra y Cristina tienen 22 años. Una estudia Medicina y otra es enfermera en paro. Van a coger el tranvía para ir de compras. Sandra entra; Cristina se queda con el pie dentro y el cuerpo fuera. Pierde el tranvía. Sandra llega a la Plaza Nueva en la unidad 105. Siete minutos más tarde, entre risas, lo hace Cristina en el 102. "Es la primera vez que me pasa".

Una señora le pregunta a la maquinista por el tranvía de la Macarena. "Se baja en la Pasarela y coge el C4". La que tuvo, retuvo. Tres empleados de Tussam rodean la máquina picadora ante las quejas de una señora. Ha metido por error la tarjeta mecánica, que todavía no está en vigor y tiene su propio soporte. Uno de los operarios tienen que desmontar el aparato que valida los bonobuses. A otra señora le ha ocurrido tres cuartos de lo mismo. "Venga, señora, a ver si ésta es su tarjeta. ¿Cómo se llama usted?". "Filomena", responde, y sigue al empleado a la cabina de Tussam. Cuando vuelve, ha recuperado la tarjeta, pero ha perdido el tranvía.

Dicen los más veteranos de Transportes Urbanos que las unidades que circulan por la Avenida son las del futuro Metro. "El tranvía todavía no ha llegado".

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