104 años después de su fundación, la Venta Pilín sigue siendo regentada por la familia del fundador. Nuevas generaciones para renovar la savia de un establecimiento fundamental en la

Pilar González

historia de la ciudad. El viernes 26 falleció un eslabón fundamental de esta cadena admirable: Pilar González Álvarez (Sevilla, 1947-2022). Era la mayor de los seis hijos de Ventura, el hijo de Feliciano González Pacheco, ‘Pilín’, fundador de la Venta en 1918, el año que termina la Primera Guerra Mundial.

Alfonso XIII. Juan Belmonte. Aníbal González. Tres nombres fundamentales en la historia de España tienen una relación directísima con la Venta Pilín. El establecimiento tiene el sobrenombre taurino de Feliciano, que fue banderillero de Juan Belmonte. El plano de la Venta Pilín se lo proporcionó el arquitecto Aníbal González, que además le facilitó un encargado y dos operarios y sólo le cobró los materiales. En 1925, dos años después de haber acudido a Tablada para inaugurar el aeródromo, Alfonso XIII visitó la Venta Pilín y le otorgó el título de Real. Una placa recuerda que le acompañaban Su Alteza Imperial el príncipe Hohenzollern, los infantes don Carlos y don Alfonso y los marqueses de Carisbrooke.

Cuando le anunciaron la visita del monarca, la mujer del banderillero creía que era una broma.

Pilar González nació el 27 de marzo de 1947, poco antes de la visita de Evita Perón a Sevilla. Después vendrían Ventura, Antonio, Feliciano, Pedro y María de las Mercedes. La mayor de la saga y la más pequeña se ocuparon de la cocina de la Venta Pilín. En 2018, año del centenario del establecimiento, fallecieron Antonio y Ventura.

Alfonso XIII le dio el título de Real y Aníbal González le facilitó los planos y operarios

Pilar deja dos hijos, José Luis (1976) y Ventura (1980). Los dos nacidos ya con la Feria en Los Remedios, muy cerca de la Venta, tras el traslado de 1973 en tiempos del alcalde Juan Fernández. Los dos nacidos en el mes de abril. Pilar González fue protagonista fundamental de una empresa familiar que mantuvo una lucha secular contra pleitos que fue ganándole a la Junta de Obras del Puerto, el Ministerio de Defensa o el Ayuntamiento. Y ahí sigue, atendiendo a su clientela en la cuarta generación.

Metáfora de la Transición española, la Venta que obtuvo de Alfonso XIII el título de Real cuatro años antes de la Exposición de 1929 acogió reuniones del Partido Comunista en la clandestinidad; allí dio Julio Anguita mítines oficiosos. Espacio de bohemios y de artistas como Silvio, que un día pasó bajo su arco en coche de caballos. Venta de rojos y de maestrantes, que despide a una de sus cocineras, coleccionista de jazmines.