Sevilla

Nuevos rostros para una procesión antigua

Ocurre cada cuatro años. El Corpus es una ocasión perfecta para conocer los nuevos rostros de la política municipal. Ayer acudieron un total de 19 concejales a la procesión. Del equipo socialista asistieron ocho y del PP, 11. Como era de esperar, Izquierda Unida cumplió con su tradición. La de no ir a la procesión.

Por parte del PSOE estuvo presente el alcalde, Afredo Sánchez Monteseirín. Este año no escuchó insultos ni reproches, que los hubo, pero siempre cuando el primer edil había pasado. Sevilla cumple así con una de sus tradiciones. Criticar por la espalda. Muy al contrario, Monteseirín fue objeto de piropos. Los lanzados por su madre Teresa y un grupo de amigas a su paso por la Plaza de San Francisco. "¡Guapo, guapo!", le decían. "Es comprensible", refería una señora.

Fue Monteseirín el primero en percatarse de la presencia de turistas con traje de baño en la azotea del Hotel EME, en la calle Alemanes. Estos espectadores contemplaban la procesión mientras se sumergían en la piscina. Algún político con chaqué miraba con cara de asombro por el poco decoro de los guiris, otros se hubieran cambiado por ellos en ese momento en el que sol empezaba a pegar fuerte.

Al alcalde lo flanqueaban María Esther Gil, delegada de Educación (su airosa melena fue motivo de comentarios) y Rosamar Prieto, delegada de Fiestas Mayores, quien llegó casi al término de la misa. Rosamar lucía un precioso broche de marfil y un encaje de guipur antiguo.

El resto de los asistentes por parte del PSOE fueron Joaquín Díaz, Juan Antonio Martínez Troncoso, Alberto Moriñas, María Teresa Florido y Encarnación Martínez. En cuanto a los concejales del PP que acudieron a la procesión se encontraban Juan Ignacio Zoido, Juan Miguel Luque, Gregorio Serrano, Vicente Flores, Ignacio Flores, María del Mar Sánchez, Francisco Pérez, Joaquín Peña, Amidea Navarro, Eugenia Navarro y Rosario García. Caras nuevas para una procesión antigua, donde el reto estaba en conocer sus nombres. La pregunta la repetía el público a modo de estribillo: "¿Y quién es ése?".

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