Tras pasar casi una década trabajando en diarios, llevando información deportiva o cultural, hace cuatro años la fotografía entró en la vida de este periodista sevillano, que ahora expone por vez primera ante el público en la cafetería Picalagartos, con la muestra titulada Rutinarias y rutilantes. Sus fotos plasman imágenes cotidianas y cercanas, ofreciendo la visión particular sobre la ciudad y sus gentes de este poeta urbano. "No me considero fotógrafo, pero ésta me sirve para buscar la poesía de las cosas", comentaba Javier Mariscal, quien hace unos meses comenzó a dejar sus diseños por las calles a modo de exposición espontánea, actividad que dentro de unas semanas será protagonista en el centro de la ciudad. Sus primeros montajes y collages han dejado paso a fotografías digitales naturales y sencillas, con atisbos del movimiento ingenuista en el que lo más importante era la pasión por dibujar y pintar de los artistas. Colaborador de la revista Mercurio y de otras publicaciones literarias, sus próximos proyectos pasan de nuevo por una revista cultural, aunque la precariedad laboral en este y otros sectores de la comunicación le hacen abrirse a otros campos profesionales. "Mi asignatura pendiente era mostrar mis obras al público, porque soy bastante tímido en ese sentido", reconocía Javier, quien prueba ahora en su cafetería favorita, algo que espera además le sirva para abrirse una vía y de esta forma se anime a participar en diversos concursos.