puntadas con hilo

Política de las oportunidades

  • Espadas, como también Zoido, necesita las alianzas con las empresas para sacar proyectos adelante. La diferencia entre ambos es la forma de proceder, todo lo demás está inventado

Imagen del Puerto de Sevilla, con sus contenedores, tomada desde la dársena del Batán, con la ciudad y la Torre Pelli al fondo.

Imagen del Puerto de Sevilla, con sus contenedores, tomada desde la dársena del Batán, con la ciudad y la Torre Pelli al fondo. / juan carlos muñoz

Juan Espadas, que en su día se presentó como el alcalde de las oportunidades, se enfrenta al reto de atraer a inversores privados a la capital, como ya lo hizo su antecesor, Juan Ignacio Zoido. No hay otra para lograr que la ciudad remonte. O sí: ahí están los 15 millones de euros en fondos europeos que servirán para rehabilitar la zona norte. Sea como fuere, el objetivo claro es que alguien debe venir para suplir las carencias de las arcas municipales. Espadas tenía muy claro antes de llegar a la Alcaldía que iría "donde hiciera falta" con sus concejales y con empresas privadas, y que trataría de gobernar con esas alianzas para hacer posible proyectos para la ciudad. Y, de hecho, no hay oportunidad que pierda para sentarse con los empresarios, los que le buscan y los que él encuentra, y recoger ideas.

Dicen en su círculo más cercano que Telefónica pidió al alcalde que participara en un asunto -en el que la propia compañía ha mediado- que ha permitido salvar 500 empleos en la capital. Ericsson se comprometió hace un mes a mantener la sede de Abentel en Sevilla y a reforzar su negocio con un centro de innovación para el desarrollo de la fibra óptica que permitirá que Sevilla esté entre las primeras ciudades con 5G en 2020. Y ahí estuvo Espadas, estrechando la mano de los directivos de las compañías.

Éste es el empleo de calidad que persigue el alcalde para Sevilla. "No como el que vendía Zoido...", apuntan con sorna en su gobierno recordando cómo festejó el hoy ministro la decisión de la empresa de multiservicios Konecta de crear un nuevo centro en la capital andaluza, un call center, con la creación de unos 500 puestos de trabajo que, muy pronto, los sindicatos destaparon como empleo precario, generándose falsas expectativas en los sevillanos. Quizás el error de Zoido en este asunto fuera publicitar de esta manera -en más de una ocasión lo hizo- a la citada empresa. Desde luego, el fallo no fue reunirse con ella e interesares por su proyecto, que para eso está también un alcalde . En resumen, si erró fue en las formas, no el fondo. Y ahí radica, según el nuevo gobierno, la diferencia entre ambos alcaldes. Porque hay temas que inducen a pensar que, en el fondo, todo en Sevilla está inventado y que los matices están en las formas. Y en los procedimientos que se usan, claro está.

Un ejemplo está en la integración real del río en la ciudad. Eterna asignatura que ningún alcalde ha logrado, por ahora, aprobar. El socialista Alfredo Sánchez Monteseirín inició la recuperación del Guadalquivir remozando muelles como el de Nueva York, que luego inauguró Zoido, creando el Parque de San Jerónimo, la biblioteca Felipe González, las pasarelas fluviales y mejorando los jardines del Guadalquivir, que luego cayeron en el abandono. Pero el potencial del río es mayor. Sin duda, por ello el PP anunció en su día el Proyecto Corazón, un conjunto de una veintena de medidas que pretendían dar vida al río. Menos de un cuarto de ellas se hicieron realidad en su mandato. Zoido se colgó la medalla de la Zona Franca -que no acaba de despegar-, inauguró la estación marítima para cruceros, con apoyo de las otras dos administraciones, y ayudó a reactivar el Muelle de las Delicias, donde abrió el nuevo acuario y se instaló la noria -que ya se ha marchado de la ciudad-, para llenar de veladores el Muelle de Nueva York. Pendiente quedó la mejora del Paseo Juan Carlos I y dos proyectos emblemáticos, el de Altadis y el de Sevilla Park, a los que Espadas puso reparos en la oposición. El PSOE se opuso a la recalificación de los terrenos de la tabacalera de Los Remedios y nunca vio del todo con buenos ojos, aunque no lo dijera abiertamente, el proyecto del macroauditorio y la zona comercial que lo acompaña en zona portuaria.

La sobrecarga de suelo terciario en la ciudad requiere, para Espadas, una pensada, también en el río. Sus planes pasan por recuperar para la ciudad el cauce, el histórico y el vivo. Así, su programa electoral recogía al menos diez medidas de calado que enlazan el corredor industrial del Puerto de con la zona más turística que llega hasta San Jerónimo. Y en este marco se entiende el acuerdo del pasado abril en el que el Ayuntamiento pactó con la Autoridad Portuaria la reordenación urbanística de 465.622 m2 en torno a la dársena del Batán, con el fin de "favorecer la interacción puerto-ciudad" y que incluye el desmantelamiento de las instalaciones de CLH. Donde había 465.622 m2 para albergar proyectos industriales sólo quedarán con el mismo uso 195.370 m2, el resto es para actividades terciarias.

Esto es, donde Zoido pensó el proyecto Sevilla Park, reordenando la zona a la carta de dichos promotores, ahora podrá instalarse cualquier otro más que concurse y conviva con el auditorio, motor de la operación en esta zona del río. El alcalde de las oportunidades no quiere perder la oportunidad de reordenar, de una vez, esa zona, clave para aprobar la asignatura pendiente del río. La apuesta por la innovación y la industria tecnológica lleva aparejada una importante carga también de bares y lugares de ocio.

Entonces, ¿cuál es la diferencia entre ambos gobiernos? Las formas en las que se hacen las cosas, no el fondo.

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