Un nutrido grupo de conservadores y restauradores de bienes culturales se dieron cita ayer en el patio de la facultad de Bellas Artes para llamar la atención sobre los problemas que sufren. Como sucedió también en otras ciudades de España leyeron un manifiesto en el que denuncian el intrusismo o cómo la Ley de Contratos favorece el abaratamiento de los trabajos y, por tanto, la pérdida de cualificación y calidad. "Las irregularidades y deficiencias que con frecuencia se producen no sólo repercuten en la precariedad de un grupo profesional. Es un hecho objetivo que las malas prácticas en las intervenciones ocasionan el deterioro y la pérdida del patrimonio cultural y por tanto impiden su transmisión a las generaciones futuras así como la dilapidación del potencial socioeconómico que su respetuoso aprovechamiento genera", advirtieron.