Una terminal de cruceros capaz de atender a buques de mayor tamaño y a más pasajeros. Bajo esta premisa, la Autoridad Portuaria pone en marcha la ampliación pendiente del Centro de Atención a Cruceros que entró en funcionamiento en abril de 2013 en el Muelle de las Delicias. Entonces se optó por una solución vanguardista, ecológica y desmontable, pero, sobre todo, ampliable y que permitirá ahora duplicar la superficie de la estación y suprimir el tinglado azul anejo.

El singular proyecto prevé continuar el diseño y construcción de la primera fase, basada en contenedores de transporte marítimo de mercancías, para completarla con labores de revestimiento o climatización, y el añadido de oficinas, consigna, vestuarios y aseos. En la planta baja se va a incrementar el número de módulos, pasando de los 460 metros cuadrados actuales a 891. Esta planta seguirá siendo el espacio destinado al funcionamiento de la terminal y a los despachos administrativos. Además, se va a hacer transitable la planta alta, antes inutilizada, lo que elevará la superficie total de la futura estación hasta los 1.090 metros cuadrados, sin contar la terraza, que también se quiere habilitar.

Una de las novedades es la eliminación del tinglado azul situado junto a la actual terminal. Esta infraestructura será desmontada y se ubicará en otro punto dentro del recinto portuario para un uso que, de momento, se desconoce. En este lugar será donde se instale un contenedor en posición vertical que alojará funcionalmente un ascensor y otras posibles instalaciones. Su altura será inferior respecto al tinglado y el resto de edificaciones del muelle. Junto a esto, también se procederá rematar su aspecto urbano para servir de fachada y presentación del puerto y de la ciudad a los visitantes.

En cuanto al entorno, el proyecto incluye actuaciones de mejora en la urbanización y ordenación del resto del muelle para hacerlo más funcional, seguro y accesible. Destaca la delimitación de itinerarios diferenciados para vehículos y personas, la eliminación de barreras arquitectónicas, el traslado de mobiliario urbano, intervenciones en señales y pavimento y la reutilización de los tramos vallados que se desmonten para utilizarlos en el perímetro ampliado.

Las ejecución de los trabajos tiene un plazo máximo de tres meses, aunque se espera que estén concluidos a finales de este año para que la terminal entre de nuevo en servicio a primeros de 2016. La Autoridad Portuaria ha adjudicado las obras a principios de esta semana a la UTE Construcciones y Contratas Cabello, S.L. y Eiffage Infraestructuras, S.A. El trámite se produce tras encargar previamente el proyecto a los mismos arquitectos que impulsaron la fase inicial. Los dos estudios sevillanos encargados del diseño son Arquitectura Hombre de Piedra y Buró 4.

La obra no se desarrollará completamente en el solar del puerto. Los nuevos contenedores se manipularán y transformarán en el taller, donde se someterán a tareas de ensamble, montaje y ensayos para su posterior acabado y e instalación en el muelle. En el caso de los módulos ya existentes, sólo se podrán modificar in situ. El importe de los trabajos será de 1.369.569,77 euros y estarán cofinanciados con fondos Feder 2007-2013. Se trata del programa de la Unión Europea al que el Puerto se acogió para desarrollar el controvertido dragado de profundización del río. La negativa para su ejecución ha motivado que se aproveche la cuantía para paliar diversas carencias del puerto hispalense.

La peculiaridad de la infraestructura reside en el compromiso de sus promotores con la sostenibilidad. El reciclaje de contenedores de transporte marítimo supone agilizar y facilitar el montaje, pero también reducir el consumo de energía, minimizar la producción de residuos y que se pueda desmontar y trasladar por completo cuando se desee.

Las mejoras permitirán contar con una instalación con mayores prestaciones, sin restricciones y apta para acoger un posible aumento de la demanda de usuarios. Con la ampliación, el Puerto concluye la transformación del muelle de las Delicias no sólo como lugar de recepción de cruceros, sino también como el espacio de ocio que ya conforman el acuario, la noria o los restaurantes existentes.