Lo que debería haber sido una mera anécdota está provocando un quebradero de cabeza en la administración. Nadie quiere asumir ahora la orden dada a los policías por la que se les prohibían las felicitaciones de los cumpleaños a los niños durante la cuarentena impuesta por el Gobierno central para luchar contra el coronavirus.

Esta prohibición ha provocado un torrente de quejas ciudadanas y también ha causado un profundo malestar entre los propios agentes, que no entendían por qué no podían participar en este tipo de celebraciones, entendiéndolas como una manera de animar a una población que lleva ya casi un mes confinada en sus casas. La Asociación de Jefes de la Policía Local de Andalucía (Ajdepla) remitió el sábado una carta a la Subdelegación del Gobierno en Sevilla, en la que pedía que se retirara esta orden emitida unos días atrás por el subdelegado, Carlos Toscano.

Fuentes de la Subdelegación, sin embargo, aseguran que lo hizo el subdelegado fue remitir a los ayuntamientos unas instrucciones que había emitido el Ministerio del Interior. El Gobierno consideraba que las felicitaciones de los cumpleaños, así como otros eventos como pasacalles y desfiles, extralimitaban las funciones de la Policía durante el estado de alarma. 

Sin embargo, Interior ha negado este domingo que hubiera dado tal instrucción. Lo ha hecho por boca de la representante de la Policía Nacional en la rueda de prensa, la comisaria Pilar Allúe. "En absoluto hay tal orden", ha respondido este mando policial a la pregunta de un periodista sobre este asunto, aunque sí ha admitido que este tipo de gestos se hacen siempre que las necesidades del servicio lo permitan y que no haya otros asuntos más prioritarios que atender. "Antes que policías somos seres humanos", ha dicho la comisaria.

La orden del Gobierno generaba también polémica porque colocaba a las policías locales dentro de la cadena de mando de las Fuerzas de Seguridad del Estado, la Policía Nacional y la Guardia Civil. Los jefes de las policías locales alegaban que estaban al servicio del Ministerio del Interior para cumplir instrucciones relacionadas con el estado de alarma, pero no para otras decisiones internas del cuerpo, como podía ser precisamente la de felicitar los cumpleaños.

Todo apunta ahora a que los policías podrán volver a felicitar los cumpleaños a los más pequeños. Al menos nadie del Gobierno dice ahora que emitió la orden de prohibirlos. Nadie sabe de dónde partió la instrucción. Y si la jefa de la Policía Nacional dice que no hay ninguna prohibición en vigor, tampoco debe haberla para el resto de agentes de otros cuerpos.