La Policía Nacional está investigando un robo ocurrido en la confitería La Campana durante la pasada Semana Santa, que podría estar protagonizado por una banda especializada de delincuentes de Europa del Este. Los hechos ocurrieron en la madrugada del Miércoles al Jueves Santo, cuando desapareció de la caja del establecimiento una cantidad cercana a los 65.000 euros. Así lo confirmó ayer a este periódico el consejero delegado de este negocio familiar, Borja Hernández.

El robo se cometió sin violencia. Según las primeras investigaciones, todo apunta a que uno de los ladrones entró en el negocio por la tarde y aprovechó el ajetreo propio de los días de Semana Santa para penetrar en las oficinas de la confitería, situadas en el mismo edificio. Allí permaneció oculto hasta que la tienda cerró, ya de noche. Una vez que el último empleado se hubo marchado, el ladrón tuvo toda la noche para reventar la caja y llevarse el dinero que había en ella, que contenía buena parte de la recaudación de los días de Semana Santa.

Luego forzó una de las puertas para salir del local. Los empleados de la confitería descubrieron que faltaba el dinero y que la puerta había sido reventada a la mañana siguiente. La Policía Científica tomó muestras del interior del establecimiento para tratar de encontrar algún resto del delincuente. En un principio se cree que actuó en solitario, aunque es posible que hubiera más de un ladrón y que incluso tuviera cobertura de fuera para facilitarle la escapada.

Por el momento no ha sido detenida ninguna persona en relación con este robo. Por el modus operandi la Policía Nacional cree que puede tratarse de una banda de delincuentes procedentes de Europa del Este que, aunque no esté asentada en Sevilla, esté operando en esta ciudad. Es posible que se trate de alguna organización que haya estado detrás de los robos en viviendas en la comarca del Aljarafe el pasado invierno y que ahora haya optado por perpetrar sus golpes en la capital ante el refuerzo de la vigilancia en esta zona de la provincia.